El chile verde mexicano siempre ha sido un referente de la gastronomía de nuestro país. ¿Se te antojan unas enchiladas verdes o chilaquiles con pollo? ¿O que tal un pico de gallo para el chicharrón o un chilito verde para darle sabor al arroz? Se estima que el consumo anual por persona en México es de 16  kilogramos.

Estados Unidos y Canadá son los principales importadores de chile verde mexicano, aunque también se exporta a países como Colombia, Panamá, Uruguay, Australia, Irlanda, Bélgica, Holanda, Suiza, Austria, Suecia, Finlandia y Rusia.

El chile verde es rico en vitamina A y C. Puede tener hasta seis veces más vitamina C que una  naranja. El color brillante es señal de un alto contenido de betacaroteno, un antioxidante que es beneficioso para el sistema cardiovascular, la piel, los ojos y el sistema inmune. También contiene vitaminas B y E y es una buena fuente de hierro y potasio. No contiene grasas ni colesterol y ayuda a detener la absorción de colesterol en el organismo sin aportar calorías significativas. La capsaicina proporciona su sabor picante y contribuye a disolver los coágulos en el torrente sanguíneo y favorece la digestión.

El chile, así como muchas otras hortalizas en nuestro país, es producido bajo estándares de calidad y buenas prácticas agrícolas, además que se tiene siempre bajo vigilancia para evitar la infestación de plagas que pudiesen afectarle, como el gusano de la mazorca y la palomilla del tomate; esto se realiza a través del Programa de Vigilancia Epidemiológica Fitosanitaria a cargo del SENASICA.

Así, puedes estar seguro de que cuando le pones salsa verde a tus tacos o chilitos toreados a tu carne asada, ese rico sabor se logra con un excelente producto que tiene calidad de exportación.