México es el quinto productor mundial de carne de pollo, con una producción anual de casi tres millones de toneladas que equivalen a más de 89 mil millones de pesos. Para lograr estas cifras, el gobierno federal trabaja de la mano con productores avícolas para poner en marcha esquemas de inocuidad que garantizan un producto de primera calidad.

El principal programa para lograrlo son las Buenas Prácticas Pecuarias en unidades de producción de pollo de engorda. Este programa incluye la ubicación, diseño y construcción de dicha unidad, incluyendo las fuentes de agua, materiales a utilizar, el acceso del personal, el transporte, las áreas de engorda y muchas otras disposiciones para tener ambientes de producción ideales para las aves.

La parte de la alimentación es crucial para obtener pollos sanos, desde la instalación de bebederos para los polluelos, como los comederos donde se les administran dietas balanceadas; así como la calendarización de periodos de alimentación y el proceso de trazabilidad de los ingredientes con que se elaboran dichos alimentos. Todo esto es para evita cualquier tipo de contaminación en los pollos y sus productos.

Así, México se coloca a la vanguardia en materia de inocuidad en los procesos de producción, generando alimentos que cumplen los estándares internacionales en cuestión de calidad y que brindan seguridad a los consumidores de nuestro país.