El Subsecretario de Planeación y Política Ambiental, Arturo Argueta sostuvo un diálogo con organizaciones civiles de la región del Istmo y de la Península de Yucatán en el que reiteró el compromiso de la Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en trabajar de la mano con las comunidades y pueblos en la defensa de su territorio y recursos naturales.

Este encuentro se realizó en seguimiento a una carta enviada al Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor M. Toledo, en junio pasado en la que la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIIDTT), y la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal, describieron el papel que SEMARNAT ha jugado como impulsor de un modelo devastador de la transición energética; expusieron su visión sobre las Evaluaciones Ambientales Estratégicas de carácter regional, como instrumento clave en el proceso de transición energética; y, plantearon propuestas constructivas destinadas a que las organizaciones comunitarias tengan una participación efectiva y plena en el diseño del Plan Nacional de Transición Energética.

El Subsecretario Argueta precisó que la SEMARNAT está ahora trabajando para la recuperación ambiental y social de nuestro país con la participación de los pueblos indígenas y comunidades campesinas. Se refirió, en ese sentido, a la necesidad de hacer frente al impacto de los grandes proyectos y para ello dijo, se requiere crear los instrumentos necesarios que consideren las necesidades y demandas de los pueblos originarios.

Finalmente, informó que todas las propuestas planteadas serán tomadas en cuenta para elaborar el programa sectorial de medio ambiente, ya que parte del quehacer de la Secretaría es construir una política pública y reformular sus instrumentos. 

En este encuentro las organizaciones detallaron los serios impactos generados por el  modelo neoliberal en el Istmo de Tehuantepec y en Yucatán con grandes proyectos que han atentado contra la salud de las personas como los parques eólicos y las granjas porcícolas.

Explicaron que las poblaciones son los principales afectados  e incluso se puede ver un incremento de la pobreza y la violencia. 

Hablaron también de los despojos de tierras ejidales que han sufrido e incluso de las amenazas de muerte que han recibido.

Por todo ello, reiteraron su determinación de continuar en la defensa de sus territorios, de reivindicar y fortalecer los modos de vida propios, así como plantearon su exigencia de que la transición energética en nuestro país se haga conjuntamente con las comunidades. En ese sentido, reiteraron en la reunión lo señalado en su carta al Secretario de la SEMARNAT, de poner a disposición de la Secretaría cuatro propuestas que tienen que ver con: la elaboración democrática del Plan Nacional de Transición Energética involucrando a las comunidades y pueblos indígenas; el desarrollo de un marco normativo aplicable a la Evaluación Ambiental Estratégica; la realización de una evaluación de ese tipo en el Estado de Yucatán; y, la propuesta para llevar a cabo un estudio multidisciplinar de los impactos socio-ambientales acumulativos generados por los megaproyectos de energía eólica en el Istmo.

En la carta enviada al Secretario en junio pasado, las organizaciones señalaron que coincidían con las declaraciones del Secretario de que la SEMARNAT había estado tomada hasta ese momento por el neoliberalismo y las grandes corporaciones, y de que en las comunidades indígenas en resistencia están muchas de las claves para afrontar los riesgos de la crisis civilizatoria que enfrenta nuestro país y la humanidad en su conjunto. Así mismo, en esa carta daban la bienvenida a la intención de la SEMARNAT, expresada por el Secretario Toledo, de construir un gran acuerdo para establecer una alianza estratégica con los pueblos indígenas y comunidades rurales que han conservado o fomentado adecuados balances de uso y manejo de sus ecosistemas.

En la misiva y en la reunión,  además de expresar su visión crítica del papel de SEMARNAT como impulsor de una transición energética devastadora, señalaron también su coincidencia con la postura de la nueva política de la Secretaría que establece la urgente necesidad de un modelo auténticamente sustentable de transición a las energías limpias, liderado por las comunidades y la ciudadanía, libre de despojos territoriales y de los graves impactos socio-ambientales provocados por el modelo actualmente imperante.