Por Rafael Pacchiano Alamán

Aquí se produce el 30% del agua de nuestro país y, aunque abarca solo una pequeña porción del territorio nacional, la habitan el 50% de los mamíferos y el 50% de las especies de mariposas que pueden encontrarse en nuestra nación.

En esta zona conviven tres etnias -tzeltal, chol y lacandona-, cada cual con su lengua, sus tradiciones y cultura, aunque unidas por su aprecio y arraigo a la naturaleza y hermanadas en el esfuerzo de preservarla para sus hijos y para las generaciones del futuro. Por esta razón, el Gobierno de la República apoya a las comunidades decididas a proteger la belleza e importancia ecológica de la Selva Lacandona.

Nuestro compromiso es que las actividades que proporcionan ingresos a muchas familias se desarrollen en armonía con los paisajes de la selva. Por ejemplo, impulsando la producción de café bajo sombra, la cosecha de miel y el turismo sustentable. Así, la Selva Lacandona será motor de bienestar para las comunidades que la habitan, pero siempre bajo la premisa del cuidado del medio ambiente.

Ese es nuestro reto y la tarea en la que ya estamos trabajando de la mano con las comunidades y las organizaciones civiles. Con la colaboración de todos, los próximos murales que se pinten sobre la vida cotidiana de la Selva Lacandona serán de comunidades viviendo en armonía con los exuberantes paisajes habitados por toda clase de especies animales y vegetales.