La introducción y dispersión en el país de especies no nativas, o exóticas, de flora y fauna, daña la biodiversidad nativa, la economía y la salud pública. Se trata de especies que fuera de su ámbito de distribución natural son capaces de sobrevivir, reproducirse y establecerse, según advierte la Ley General de Vida Silvestre.

Por constituir un problema creciente, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de las Biodiversidad (CONABIO) creó en 2010 la Estrategia Nacional sobre Especies Invasoras en México orientada a la prevención, control y erradicación de esos organismos.

La CONABIO explica que el conocimiento sobre esas especies y sus efectos es aún insuficiente, por lo que es necesario un esfuerzo educativo que responda a las dimensiones del problema para informar, sensibilizar y concientizar a los involucrados en esta problemática.

Se requiere el apoyo interinstitucional para formar grupos de trabajo, la oportuna participación de los medios de comunicación y, sobre todo, que los distintos sectores y organizaciones civiles estén dispuestos a prevenir la introducción y reportar la detección temprana de especies exóticas, lo cual es menos costoso que aplicar programas de control y erradicación.

Los peces león, en el golfo de México; dorada, en Baja California, y loricáridos o plecos en México, así como la palomilla del nopal, son algunos ejemplos de las especies exóticas que se han detectado en distintos ecosistemas de México.

Portada de revista "Nuestro Ambiente" Número 21 / Julio 17 de 2018

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