Gracias a los esfuerzos realizados durante la presente administración, la superficie bajo protección en las Áreas Naturales Protegidas (ANP) aumentó en más de 65.8 millones de hectáreas, con lo que actualmente en México se protege una superficie equivalente a los territorios de Portugal, España e Italia juntos.

México le ha apostado al establecimiento de ANP bajo la categoría de reservas de la biósfera, que abarcan más del 75 por ciento de toda la superficie protegida, en pleno reconocimiento de que los humanos somos parte de la naturaleza y usuarios permanentes de los recursos naturales y servicios ambientales que nos ofrecen los ecosistemas.

La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) ha invertido de manera paralela intensos esfuerzos en promover la participación de las comunidades locales para proteger las bases de recursos naturales de las que dependen e incluso la formación de empresas sustentables comunitarias que contribuyan a su bienestar social.

A través de los programas de subsidio, se implementaron más de 14 mil proyectos que beneficiaron a más de 200 mil personas de ocho mil 400 localidades distribuidas en todo el país.

Durante esta administración se logró la publicación de 48 Programas de Manejo, lo que significa la consolidación de un número igual de áreas protegidas que en su conjunto cubren más de 30 millones de hectáreas.

Es fundamental reconocer que durante la administración, propietarios y comunidades hicieron también un valioso esfuerzo por incrementar las superficies de conservación: se establecieron Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC) que cubren más de 163 mil hectáreas adicionales.   

Las ANP son mucho más que simplemente superficies bajo protección: son porciones tridimensionales de naturaleza que buscan garantizar la prevalencia de la privilegiada riqueza biológica de México, reservorios generadores de recursos naturales y servicios ambientales y espacios naturales en donde cotidianamente especies migratorias, desde mariposas hasta ballenas, encuentran refugio y alimento, los carnívoros depredadores buscan a sus presas y en donde miles de plantas compiten entre sí por luz y nutrientes.

En ellas existen ecosistemas inhabitables por el ser humano, ubicados en las grandes profundidades marinas o en los inmensos abismos subterráneos y cavernas. Son también ecosistemas que aún contienen miles de especies que aún quedan por ser descubiertas por la ciencia.

Cuando pensemos en Áreas Naturales Protegidas no olvidemos que son también espacios en los que la evolución de la vida continúa su curso. Por todo ello, conservar la naturaleza hoy, no es preservar el pasado sino construir el futuro.

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