De enorme importancia en el ciclo del agua, porque almacenan este recurso y previenen la erosión, los musgos son organismos de ambientes muy variados, desde las altas montañas hasta el nivel del mar, en las selvas húmedas y también en zonas áridas, pero frecuentemente se encuentran en los microclimas más húmedos de estos ambientes porque requieren del agua para su reproducción.

La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) documenta que en el mundo se tiene registro de 19,900 especies de musgos, de los cuales 1,480 existen en México.

Reúnen importancia científica por ser de los primeros organismos vegetales que ocuparon el ambiente terrestre, y el nombre de la clasificación briophyta, a la que pertenecen, proviene del griego brión (musgo), y del latín phyton, que significa planta, y forman parte del segundo grupo más relevante de plantas verdes.

Los musgos integran microambientes con mucha humedad, ya que retienen el agua como esponjas y la liberan lentamente, por lo que muchos microorganismos y pequeños artrópodos dependen de ellas y, al actuar como esponjas son parte importante del ciclo del agua.

Tradicionalmente, durante la época navideña estos y otros organismos vegetales son extraídos de bosques y selvas para su comercialización en mercados y tianguis del país, para adornar pesebres, arreglos florales y canastas de regalo.

Sin embargo, la recuperación de las poblaciones de musgos no corre al ritmo de la extracción, porque además algunos son utilizados por sus propiedades medicinales, todo lo cual ha causado un alto impacto tanto para las poblaciones de musgos, como para las comunidades donde viven.

Por todo ello fue necesario acotar su extracción mediante la solicitud de autorización de la SEMARNAT, así como un programa de manejo simplificado para aprovechamientos forestales no maderables, según lo dispuesto por el Art. 55, Reglamento de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, en tanto que la NOM-011-SEMARNAT-1996 establece los procedimientos, criterios y especificaciones para realizar el aprovechamiento, transporte y almacenamiento de musgo, heno y doradilla.

Por fortuna, comunidades como Ixtlán, en la Sierra Juárez de Oaxaca, han tomado conciencia ecológica sobre estas plantas, y sus autoridades expidieron ya un reglamento para la extracción que solo pueden realizar los comuneros para uso local y controlado, con un límite de un metro cuadrado de este vegetal por comunero, aun cuando musgos y heno (pastle o pascle) se desarrollan en una superficie aproximada de siete mil hectáreas de las 19 mil que posee Ixtlán.

Han demarcado las áreas de aprovechamiento y de conservación natural, y solo de 100 hectáreas puede extraerse ese material no maderable, pues los comuneros y sus autoridades saben bien que el saqueo de musgo afecta el ciclo de vida de insectos y de los árboles, que aprovechan el agua concentrada en ese vegetal para sobrevivir.