Durante el invierno, las bajas temperaturas y la falta de vientos favorece la acumulación de contaminantes en la atmósfera en las grandes urbes, sobre todo por las mañanas.

Se trata de partículas finas y ultrafinas que por su tamaño micrométrico son imperceptibles para las personas, pero ingresen al sistema respiratorio con mucha facilidad, provocando diversas enfermedades.

Se desprenden de tres fuentes principalmente

1.    Actividades productivas como labranza, quemas agrícolas, industria con uso de carbón, combustóleo o diésel.

2.    Fuentes naturales como emisiones volcánicas, incendios forestales y suelos sin vegetación.

3.    Actividades humanas como quema de basura y llantas, quema y uso doméstico de leña, asados al carbón y combustión de diésel (transporte).

Antes de salir a ejercitarte a la intemperie, consulta la calidad del aire en www.aire.cdmx.gob.mx

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