Durante el invierno (noviembre- febrero), en la Zona Metropolitana del Valle de México se presenta un fenómeno que se conoce como temporada de partículas. La falta de lluvia, la disminución de los vientos y la baja temperatura favorece la acumulación de contaminantes en la atmósfera, particularmente por las mañanas.

Estos contaminantes se conocen como PM10 y PM2.5. Su composición incluye elementos como nitratos y sulfatos, compuestos orgánicos, carbono negro, metales y polvo, entre otros. Algunos son emitidos en calles no pavimentadas, actividades de construcción, chimeneas industriales, incendios forestales y nubes de polvo. Algunos otros a partir de la condensación de gases sobre partículas existentes, combustión de automóviles, quema de basura y fogatas.

Por su tamaño micrométrico y su prolongada duración en la atmósfera favorecen enfermedades respiratorias y cardiovasculares, sobre todo en la población vulnerable.

En esta temporada, la Comisión Ambiental de la Megalópolis recomienda mantenerse informado y seguir las recomendaciones para prevenir afectaciones a la salud, como:

Que niños, adultos mayores y personas con problemas respiratorios y cardiovasculares permanezcan en interiores en las horas de altas concentraciones.

Evitar las actividades deportivas, recreación u otras al aire libre.

No fumar ni exponerse al humo de cigarro o de cualquier otro material en espacios cerrados.

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