El otoño es una de las cuatro estaciones del año. De acuerdo con cálculos del Observatorio Astronómico Nacional este año comienza el 23 de septiembre a las 3h 54m hora oficial peninsular. Esta estación durará 89 días y 20 horas, y terminará el 21 de diciembre.

Para las aves migratorias, el otoño representa el tiempo de partir con el fin de evitar climas adversos y escasez de alimento. De esta forma, abandonan las zonas más norteñas y viajan a latitudes del centro y sur de los continentes.

De acuerdo con una investigación del CONACYT, en el año hay dos periodos migratorios, primavera y otoño.

La migración de otoño ocurre entre septiembre y noviembre, periodo en que las aves de Norteamérica se desplazan hacia el sur del Continente. Las especies realizan algunas paradas para alimentarse y descansar para proseguir su viaje más al sur, sin embargo, otras permanecen en México toda la temporada de residencia tropical.

De acuerdo con la CONABIO, México desempeña un papel estratégico en la migración de muchas de estas especies; representa un sitio de paso para individuos que invernan en Centro y Sudamérica. Como ejemplo, para el falaropo de cuello rojo (Phalaropus lobatus) el noroeste del país es un sitio de paso importante en la migración de otoño.

Otro ejemplo, son los 60 mil falaropos de cuello rojo (Phalaropus lobatus) que visitan Guerrero Negro en Baja California Sur durante el otoño, así como más de tres mil playeros rojizos del Pacífico llegan a ese lugar, que representan casi el 18% de su población.

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