Majestuosa ave de presa que domina los aires, el águila Real (Aquila chrysaetos), o águila dorada, domina las alturas de buena parte del territorio nacional, donde se calcula que ha vivido desde hace 10 millones de años, y nos ha dado identidad desde el mito fundacional que describe la escena del águila devorando a una serpiente, como aparece en nuestro escudo patrio.

Sus vivaces ojos color miel presenciaron el surgimiento de nuestras culturas, y los antiguos mexicanos le rindieron culto por simbolizar la fuerza, la audacia, la valentía, la luz que encarna al Sol y desciende con gallardía como una saeta, como símbolo de energía, de iluminación sobre la Tierra.

Hoy, 13 de febrero, fecha que coincide con la fundación de la ciudad de México-Tenochtitlán, es Día Nacional del Águila Real en el que celebramos la existencia de esta magnífica representante de los falcónidos por cuanto representa para la biodiversidad, los ecosistemas y las culturas de nuestros pueblos, aun cuando la cacería ilegal, el saqueo de nidos, el envenenamiento, la pérdida de su hábitat, la electrocución, el tráfico ilegal y la cacería inmoderada de conejos, liebres, perrito llanero y otras especies que son su alimento, la han colocado en categoría de protección en la NOM-059-SEMARNAT-2010.

Datos de la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa) ubican la distribución del águila Real en los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro y Oaxaca.

Hasta febrero de 2020, precisa Profepa, se tenía registro de cinco zonas de anidación en Coahuila, 10 en Chihuahua, dos en Nuevo León, tres en San Luis Potosí, 22 en Zacatecas, cinco en Aguascalientes y dos en el centro del país.

En tanto, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) ha identificado al águila Real en 31 ANP: las reservas de la Biósfera: El Vizcaíno, Sierra la Laguna, El Pinacate y Gran Desierto de Altar, Janos, Mapimí, La Michilía, Sierra Gorda de Guanajuato y Tehuacán-Cuicatlán; los Parques Nacionales: Constitución de 1857, Sierra de San Pedro Mártir, Sierra de Órganos, Cascada de Bassaseachi, Cumbres de Majalca y Gogorrón.

Asimismo, en las Áreas de Protección de Flora y Fauna: Valle de los Cirios, Tutuaca, Papigochic, Cañón de Santa Elena, Ocampo, Maderas del Carmen, Bavispe; Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui, Campo Verde; Cerro Mohinora, Médanos de Samalayuca, Cuatro Ciénegas y Bosque La Primavera, así como las Áreas de Protección de Recursos Naturales: CADNR 04 Don Martín, 043 Nayarit, Bajo Río San Juan y 01 Pabellón.

El programa “El Águila Real (Aquila chrysaetos) Prospección de su Distribución y Hábitos”, logró identificar en 1995 más de 20 áreas de anidación en los estados de Zacatecas, Durango y San Luis Potosí.

En 1994 se incluyó al águila Real como especie en peligro de extinción en la lista de la NOM-059-ECOL-1994, y la creación en 1998 del Subcomité Técnico Consultivo para la Protección, Conservación y Recuperación del Águila Real, dentro del Programa de Conservación de Vida Silvestre y Diversificación Productiva del Sector Rural de la entonces Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca.

En 1999, este Subcomité, en coordinación con el entonces Instituto Nacional de Ecología, emitió el Proyecto de Protección, Conservación y Recuperación. Más tarde, en marzo de 2002, se publicaron en el Diario Oficial de la Federación (DOF) las modificaciones a la NOM-059-SEMARNAP-1994, que catalogó al águila Real en la categoría de Amenazada (NOM-059-SEMARNAT-2001), aunque el Subcomité acordó que con fines de conservación y recuperación de la especie, continuaría considerándola en peligro de extinción.

En el plano cultural, en 2003 comunidades indígenas promovieron la entrega de plumas de águilas reales en cautiverio (o provenientes de nidos inactivos en vida libre), a líderes de la etnia huichol para ser empleadas en sus rituales, con el fin de evitar la cacería de ejemplares silvestres por ese motivo.

En agosto de 2005, en la ciudad de Querétaro, Profepa impartió un curso de capacitación a 45 inspectores de 29 estados de la República para instruirlos en la identificación y manejo de aves nacionales canoras, de ornato y rapaces.

En febrero de 2006, en la ciudad de Zacatecas, la Secretaría de Medio Ambiente estatal, la Conanp y el gobierno de esa entidad declararon el año 2006 como “Año del Águila Real”, y el 30 de diciembre del 2010 se publicó en el DOF la NOM-059-SEMARNAT-2010, que mantiene al águila Real en categoría de Amenazada (A).

En 2007, con el inicio del Programa de Recuperación de Especies en Riesgo (Procer) por parte de la Conanp, se conjuntaron esfuerzos para la publicación del Programa de Acción para la Conservación de la Especie (PACE) Águila Real en 2008, cuya implementación se ha traducido en numerosos esfuerzos de conservación por múltiples actores con numerosas actividades de educación ambiental, creación de materiales, libros, guías, protocolos, documentales.

En 2014, cuando Profepa había instalado nueve comités de vigilancia en Zacatecas, uno en Jalisco y otro en Nayarit, la población de águilas reales se estimaba en 101 parejas y 283 nidos, cifras que subieron en 2017 a 120 parejas y 317 nidos. También en 2017, en el H. Colegio Militar fue creado el Centro Nacional de Control y Protección del Águila Real que puede albergar a 44 ejemplares.

Las parejas reproductivas de la especie pasaron de 156 en 2018 a 171 en 2020, gracias a la colaboración de organizaciones de la sociedad civil y brigadas comunitarias, y se observaron en el Área de Protección de Flora y Fauna Cañón de Santa Elena, en Chihuahua; Monte Escobedo, Zacatecas; Reserva de Biósfera Sierra Gorda, Guanajuato, y en zonas serranas de Sonora. Chihuahua registra 59 parejas, Zacatecas 32, San Luis Potosí 16, Durango 15, Baja California 15, Sonora 10, Guanajuato 7, Aguascalientes 6, Coahuila 6, Jalisco 4 y Oaxaca 1.

En la conservación del águila Real participan comunidades asentadas en las ANP y organizaciones que colaboran con el monitoreo y protegen al ave en la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno y el Área de Protección de Flora y Fauna Maderas del Carmen.

Además, desde 2013, con la colaboración de Estados Unidos se han colocado transmisores satelitales a ejemplares de águila Real en México, con lo cual se obtiene información sobre sus territorios de anidación, distribución y migración durante los primeros años de vida, y se ha permitido contar con un mapa de distribución y dispersión de los ejemplares monitoreados.

En el año 2020, integrando el nuevo conocimiento y necesidades del contexto actual, se realizó la actualización del PACE Águila Real.

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