Cada año, en el Día Internacional de Acción contra las Represas  y en Defensa de los Ríos, el 14 de marzo, miles de personas en todo el mundo festejan los caudales de agua que corren en todas latitudes y a quienes luchan por protegerlos.

La conmemoración fue adoptada por 20 países, en Curitiba, Brasil, país que celebra el Día de Acción contra las Represas Grandes, durante el primer Encuentro Internacional de Afectados por las Represas, en marzo de 1997.

Su objetivo es “elevar nuestras voces al unísono contra proyectos de gestión de agua destructivos, recuperar el bienestar de nuestras cuencas hidrográficas, y exigir una gestión equitativa y sostenible de nuestros ríos”, así como plantear mejoras en las políticas y prácticas de los tomadores de decisiones.

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La inadecuada construcción de presas, bordos, canales, acueductos y otros embalses tiene un impacto ambiental sobre los ríos: disminución del caudal, desviación, represamiento y agotamiento total del caudal, en el caso más crítico.

La acción humana amenaza seriamente a los ríos del mundo. Arturo Garrido, María Luisa Cuevas, Helena Cotler, Daniel Iura González y Rebecca Tharme indican que 77% de los 139 ríos más grandes del norte de Europa, Norteamérica y la ex Unión Soviética están afectados por la fragmentación y la regulación del flujo hídrico causadas por la construcción de grandes presas.

Esa situación generó el concepto de caudal ecológico, referido a la cantidad necesaria de agua de los ríos para asegurar los servicios ambientales que aportan, tales como: anidación, reproducción, desove y crecimiento de peces y anfibios.

En México, según los expertos mencionados, los siete sistemas fluviales con el nivel más crítico de alteración hidroecológica son: los ríos de las cuencas de México, Balsas, los de las cuencas del lago de Cuitzeo, Bravo, Santiago, Pánuco y de San Luis Potosí, es decir, 31% de la red hidrográfica y 26% del territorio nacional.

La Comisión Mundial de las Represas, creada en 1988 por el Banco Mundial y la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza, tras estudiar 125 represas reconoce los grandes beneficios que aporta esa infraestructura.

Sin embargo, pide su eliminación y la restauración de los ríos porque la fragmentación del 60% de ellos ha desplazado a cerca de 80 millones de personas, la reubicación de la gente ha fracasado, y se ha empobrecido y causado sufrimiento a millones de indígenas.

Se busca crear conciencia sobre las amenazas que enfrentan los ríos, así como proponer y aprender las mejores soluciones de agua y energía y llamar a todos a actuar juntos en un tema de alcance global.

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