Por Rafael Pacchiano Alamán

Y apuntó: “Estamos reunidos para proteger a la biodiversidad del mundo: al elefante que es sacrificado por el marfil, al bosque que es talado por sus maderas preciosas o al delfín del río que muere por la contaminación de su hábitat”.

Además de ser el país sede, logramos la propuesta de hacer las cosas diferentes y no caer en el error de siempre de la historia de la conservación: responsabilizar sólo al sector ambiental del cuidado de la biodiversidad. Integramos a nuevos sectores para que pudieran, por primera vez, tener criterios dentro de sus políticas.

Participaron ministros de sectores como el agrícola, el forestal, el pesquero y el turístico, entre otros. A partir de ese momento, el cuidado de la biodiversidad está en más manos y la idea es incorporar a nuevos sectores en el futuro.

En México, el Gobierno de la República lleva la misma estrategia. Los compromisos hechos para cumplir con la Agenda de Desarrollo 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como el Convenio sobre Diversidad Biológica, el Plan Estratégico sobre biodiversidad 2011-2020 y las Metas de Aichi van más allá del sector ambiental.

Hemos llevado a cabo un proceso para elaborar agendas de integración de la biodiversidad entre las diferentes dependencias federales involucradas en armonía con la Estrategia Nacional sobre Biodiversidad de México (ENBioMex) y su Plan de Acción 2016-2030.
Los esfuerzos en favor de la conservación no concluyeron junto con la COP 13, al contrario, fueron reforzados y alineados hacia un mismo objetivo.

Aún hay mucho por definir, por hacer y por cambiar. México sigue comprometido con este tema y es entusiasta con los buenos resultados que ha logrado en los últimos años, como la recuperación de las poblaciones de águila real, jaguar o lobo mexicano.

Estos esfuerzos deben trascender esta administración. Vamos en la ruta correcta, desempeñando un liderazgo internacional reconocido por muchos países. Lo que aprendimos y acordamos en la COP 13 no debe olvidarse, ni quedar en la historia, nos obliga a seguir trabajando por el bien de nuestro planeta, de nuestros hijos y de la humanidad.