Por: Rafael Pacchiano Alamán

Según el Inventario Español en aquellas latitudes existen 85 peces continentales, mientras que, en el último rincón de México, nuestra Área Natural Protegida, tenemos registro de 366.

En el archipiélago mexicano, que ahora protegemos en su totalidad, existen 983 especies de animales y plantas, de ellas 88 son endémicas; es decir, que no existen en ningún otro lado. Especies mexicanas como la vaquita marina que sólo vive en el Alto Golfo de California, y para la que hemos desplegado un esfuerzo sin precedentes a fin de conservarla.

Nuestra biodiversidad se caracteriza por estar compuesta de un gran número de especies exclusivas. Aproximadamente, la mitad de las plantas que se encuentran en nuestro país son endémicas; es decir, alrededor de 15 mil especies que, si desaparecieran en México, ya no existirían en ningún lado.

Los reptiles y anfibios tienen una proporción de especies endémicas de 57 y 65 por ciento, respectivamente, y los mamíferos (terrestres y marinos) de 32 por ciento.

De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), existen 23 grupos de especies endémicas, de los cuales tan sólo en el de las magnolias y margaritas hay más de nueve mil 200 endemismos, dos mil 564 de escarabajos, mil 759 de arañas y dos mil 10 de pastos y palmeras.

Como estos ejemplos hay muchos más. Somos, junto con China, India, Colombia y Perú, un país considerado megadiverso. En conjunto albergamos entre el 60 y 70 por ciento de la biodiversidad conocida del planeta.

En México se encuentra representado más del 10 por ciento de la diversidad biológica de todo el mundo, cuando apenas ocupamos el uno por ciento de la superficie terrestre.

Prácticamente todos los tipos de vegetación terrestres conocidos se encuentran representados en nuestro país, y algunos ecosistemas, como los humedales de Cuatrocienégas en Coahuila, sólo están en nuestro territorio.

De esta dimensión es el privilegio natural que tenemos. Una riqueza envidiable que nos abre oportunidades como país para disfrutar, aprovechar y compartir con todo el mundo de manera sostenible.

Nuestro patrimonio natural es también una responsabilidad con el mundo. Su conservación es por el bien de nuestros hijos y las futuras generaciones de todo el mundo. No hay mejor país megadiverso, que uno que sabe lo que tiene y lo protege. Ese es nuestro objetivo.