La observación y monitoreo de los procesos de degradación, conducen al conocimiento práctico de la dimensión de sus causas estructurales y efectos, así como a la selección de medidas eficaces para su control y recuperación.
Ante los indicadores ambientales específicos, se nos ha alertado que prácticamente el 70% el territorio será vulnerable a la desertificación por la sequía meteorológica en grados medio y alto.
Es necesario contar con instrumentos de vigilancia de los procesos aceleradores que permitan manejar y estandarizar información ambiental y social, y a la vez, integrar tal información en modelos predictivos que apoyen a tener una visión de escenarios múltiples.
El sistema de monitoreo servirá para revisar, diseñar y conducir estrategias, y establecer prioridades de políticas de corto, mediano y largo plazo.