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Mensaje de la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena Ibarra

Versión estenográfica

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales | 13 de diciembre de 2024

Muy buenas tardes a todas y a todos.

Qué gusto, la verdad, reunirnos en esta oportunidad con todas y con todos. Yo, como ven, tengo un neumático desinflado, pero ya está en proceso de reparación. 

Así es de que, quiero saludar en primer lugar, y con mucho cariño y afecto, a la subsecretaria Marina Robles García, que me acompaña acá en el presidium. A Ileana Villalobos Estrada; a Julieta González Méndez; a María Erika Lara Meneses, muchas gracias, secretaria de Trabajo del Sindicato de Trabajadores de la Semarnat, muchas gracias.

Mauro Cortés, vocal del Consejo de Vigilancia, muchas gracias, del Sindicato Nacional Independiente; y a María del Pilar Dávila Quintero, secretaria general del Sindicato Único de Trabajadores Democráticos de la Semarnat. 

Tenemos una sorpresa, no la voy a revelar, prometo, todavía no, pero quiero decirles a todos y a todas que, de verdad, es un gusto que estemos aquí reunidos el día de hoy.

Quiero saludar, por supuesto, a todos nuestros colegas de los órganos desconcentrados, descentralizados y anexas, porque qué barbaridad, bueno, quiero saludar, en primer lugar, a Víctor Hugo Páramo de la CAMe; Alejandro Barbachano.

No omito mencionar que me acompaña el día de hoy, mi esposo, así es que… el santo sin máscara, pero es el santo, de verdad. A Gloria Sandoval, mucho gusto que nos acompañe, de las Oficinas Regionales; a Armando Ocampo de la ASEA;  Mariana Boy de la Profepa; José Luis Samaniego del INECC; a Jaime Vázquez Bracho, jefe de la Oficina; a René Sánchez Galindo del Jurídico; a Sergio Graf de Conafor; Camila Zepeda de la UCAI; Raúl Jiménez de la Conabio. Y, por supuesto, me encantaría y pronto me voy a aprender los nombres de todos, poquito a poco.

Pero quiero decirles que esta mañana pasó algo muy especial, y me siento muy agradecida y muy honrada por el reconocimiento que me hizo la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en su Mañanera del Pueblo.

Yo también me siento muy orgullosa de formar parte de su equipo y de continuar trabajando y acompañándola en la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación. Sus palabras de respaldo me comprometen, me alientan aún más ante ella, ante las y los mexicanos, y ante ustedes queridas y queridos colegas para continuar trabajando incansablemente por el medio ambiente y por la protección de nuestros recursos naturales.

En días recientes, me tocó encarar una polémica interesada que intentó manchar mi trayectoria de más de cuatro décadas. Lamento realmente este desafortunado incidente y que haya pretendido descarrilar nuestra verdadera misión: la defensa del medio ambiente, la biodiversidad, el agua, los bosques, el suelo, la vida misma; ante aquellos que encuentran en nuestra lucha común una amenaza y que buscan adueñarse de un patrimonio natural que nos pertenece a todas y a todos los mexicanos.

No soy ingenua, no me sorprende el cinismo ni la mala fe de quienes buscan munición donde sea, para intentar debilitar los logros que hemos alcanzado y los que me tocó alcanzar en la Cancillería mexicana, y más aún, en el proceso de profundos cambios que las y los mexicanos decidimos con votos infringiendo una derrota que, a veces, no alcanzan de procesar y desde donde animan un combate inexistente.

Yo no emergí ayer en la vida pública, he asumido responsabilidades en el Gobierno de México y a nivel internacional, a cargo y ante y sirviendo realmente a cuatro secretarios generales de las Naciones Unidas. 

Mi trayectoria habla por mí. Nunca, nunca en este largo recorrido he sido sujeta a reparo alguno en materia de transparencia y gestión pública, esto no es una frase ligera, es testimonio de vida. He actuado siempre bajo los más altos estándares de austeridad, integridad y probidad, y ese es el estándar que les pido y les exijo a mis colaboradores.

Por ello, lamento profundamente haber sido involucrada en este penoso y confuso incidente, y quiero hoy día quitarles un segundo porque quiero aclarar, creo que todos merecemos tener las cosas claras. Como una gran parte de los funcionarios y funcionarias de la Secretaría de Relaciones Exteriores y de la Embajada de Rumanía en nuestro país, asistí el 4 de octubre como invitada a una recepción privada, organizada por mi excolaborador, Martín Borrego y su pareja, un diplomático rumano que terminaba su destinación en México, para celebrar también su reciente enlace.

Ya estaban casados, recalco: me invitaron a un evento privado, no hubo ceremonia religiosa o civil. Sí, un brindis dedicado simbólicamente a los recién, pero ya casados, colegas, acompañado además de un evento cultural. 

Dos meses después, 8 de diciembre, sale esta nota en El Universal que habla de “La (no) boda fifí en el Munal”. La han de haber leído todos, imagínate, y ahí se revelan hechos que, sinceramente, sinceramente yo desconocía. El más importante fue que, en dicha nota periodística, salió a relucir una carta que mandó precisamente este colega, Martín Borrego, en su carácter de jefe de Oficina, en septiembre, con membrete oficial, sin mi conocimiento y sin mi autorización, dirigida al director del Museo, del Munal, solicitando su autorización para celebrar un cóctel, pero lo presentó como un evento diplomático para celebrar 89 años de relaciones entre Rumanía y México. 

Este es el hecho que considero grave y, por ello, mi decisión inmediata fue solicitarle la renuncia a Martín Borrego por abuso de autoridad y porque quebrantó mi confianza al utilizar su posición para obtener un beneficio personal y disfrazarlo de evento diplomático.

Todos fuimos con otra idea, debo decir, además, que el Munal sí permite eventos privados como lo acredita su página web, y por la confianza hasta entonces establecida, pues claro que asistimos mi esposo y yo de buena fe a un evento que considerábamos privado. 

Nunca he negado mi asistencia a dicha recepción, pero sí niego rotundamente que se me atribuya responsabilidad de haber avalado, solapado o utilizado mi cargo para un evento inapropiado. Y de lo que sí estoy plenamente segura, porque aquí estamos Julieta y yo, plenamente segura, es que la Cancillería no erogó ningún recurso financiero, público, respecto a esta recepción, como lo acredita mi entrega administrativa detallada al canciller que me sucedió y como lo acredita, lo que el propio periodista publicó, que es una factura de pago de la Embajada de Rumanía, publicada por este periodista. 

Lamentablemente queridos colegas, a algunos medios no les interesa la verdad, tergiversan los hechos para golpear en un ejercicio interesado de deshonestidad intelectual y, por eso, es que hoy vengo ante ustedes, como estoy dispuesta a ir ante los mexicanos y las mexicanas, que son nuestros verdaderos mandantes, para tener las cosas claras, muy claras. De mi parte, además, estoy totalmente disponible para apoyar en el esclarecimiento de los hechos. 

¿Por qué nos pasa esto? Porque por décadas el aprovechamiento, el abuso, la corrupción, el influyentismo, fueron habituales en las administraciones anteriores, pero México ha cambiado y en el ejercicio de mi cargo haré siempre, siempre todo lo que esté a mi alcance para garantizar que la brújula de nuestro quehacer sea responsabilidad republicana y rectitud ética. 

La ética más allá de la retórica oportunista que pretende usufructuar del aplauso fácil, debe guiar y distinguir nuestro desempeño público reflejándose no en palabras vacías, que son, que se pronuncian en un momento, sino en la coherencia de las acciones que respaldan nuestra hoja de vida.

Somos parte de un gobierno honesto y austero, y a todas y a todos quienes pertenecemos a él, debemos actuar en consecuencia con absoluta transparencia, con lealtad, con honestidad, con austeridad, como lo ha exigido la presidenta Claudia Sheinbaum.

Amigas y amigos:

Como lo hice durante mis primeros días al frente de esta Secretaría, mi interés está en procurar una gestión cercana y comprometida con las metas de la transformación a la que está embarcada nuestro país, como se los mencioné en aquella ocasión, hace poco más de dos meses, yo regresé con profunda emoción a esta que es mi origen, yo soy bióloga de profesión y me reencontré con esta casa que siento mía y que para mí representa un honor encabezar los esfuerzos conjuntos de todas y todos nosotros para edificar una política ecológica y ambiental humanista.

Tanto entonces como ahora enfrenté poderosos intereses que se oponían al cambio por poner en riesgo sus privilegios. Resistimos en el pasado, resistiremos en el presente, resistiremos en el futuro. Nadie nos puede doblegar la voluntad de transformar, y transformar lo que nuestro pueblo anhela. Es en este breve, pero fructífero periodo, donde he podido constatar el grandioso equipo con el que contamos porque en poco tiempo hemos hecho mucho. Quiero agradecer a Ileana, a Marina, a Julieta, a los jefes de los órganos que nos acompañan: Conabio, Conanp, Conagua, ASEA, Profepa, la CAMe, el INECC, la UCAI, el IMTA y las ORES.

En esta nueva etapa vislumbro que la Semarnat y las demás instituciones estamos comprometidos a modificar las acciones que haya que cambiar y a continuar aquellas que tenemos que reforzar, bajo la convicción de que el desarrollo, el crecimiento, el empleo, el bienestar del pueblo sólo pueden fortalecerse con el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales. El medio ambiente es determinante para el desarrollo, no es residual. Y por ello hemos comenzado a impulsar proyectos importantes y quiero destacar varios. 

Quiero destacar el Plan Nacional Hídrico, que contempla el saneamiento y la restauración ecológica de al menos tres de nuestros más importantes ríos: el río Lerma-Santiago, el río Atoyac, el río Tula. El Acuerdo por el derecho humano al agua y a la sostenibilidad, que es un instrumento histórico que, liderado por la Conagua y por todos nosotros, porque todos vamos a participar en él, nos permitirá que el agua deje de ser una mercancía y reconozca y se gestione como un derecho humano para todas y todos los mexicanos. 

La perspectiva extractivista que no considera planes de remediación es irreconciliable con los ciclos naturales, y también resulta y termina siendo una problemática para las causas sociales. Por eso estamos trabajando en la restauración, la verdad muy, muy de fondo, de la presa Endhó, en Hidalgo, y en la remediación del río Sonora-Bacanuchi. Ahí mis dos colegas me han acompañado a morir. Y quiero decir que ambos proyectos son objetivos de justicia ambiental, como lo ha planteado Mariana Boy. 

Hemos iniciado una cartera de proyectos que ya están en marcha y que esperamos comenzar a ver ya sus resultados en 2025, y que me da muchísimo gusto poderlos compartir con ustedes, aunque creo que en el año entrante debemos hacer un seminario de todos nosotros para hablar de cada proyecto y recibir de ustedes sus comentarios. Esto no puede ser de arriba para abajo. Necesitamos de ustedes, abrevar de sus conocimientos y sus experiencias. Pero les cuento dónde andamos. 

En primer lugar, el Programa Nacional de Restauración Ambiental, que se encuentra en este momento en la identificación de los sitios prioritarios, así como los costos involucrados para lograrlos. No podemos hacer todo, vamos a tener que escoger algunos, pero ojalá y sea con el concurso de todos. 

Y, por supuesto, hemos identificado la restauración de los manglares como ecosistemas críticos para mitigar el cambio climático y proteger las costas. Estamos diseñando líneas de acción para un programa de reforestación y conservación de bosques y selvas, en conjunto con Sembrando Vida, y una clara estrategia de combate a incendios. Se consolidarán por cierto las 235 Áreas Naturales Protegidas con sus respectivos planes de manejo, y avanzaremos en el cumplimiento de la Meta 30×30 para lograr la conservación de más de 150 millones de hectáreas, 30% del territorio hacia el 2030. 

Y en 2025 se deberá definir la Contribución Nacional Determinada para la COP30, que se celebrará en Brasil, de Cambio Climático, que implica una labor interinstitucional que debe definir nuestros horizontes para el cumplimiento del Acuerdo de París. 

Tendremos que echar a andar diez plantas de separación y reciclaje, que incluye la plataforma de acción para la reducción de plásticos, y el Parque Ecológico y de Economía Circular en Tula, Hidalgo, en estrecha cooperación con la Secretaría de Energía. 

Acompañaremos los proyectos prioritarios de infraestructura con acciones ambientales de mitigación de impacto en los trazos y su construcción. Por ejemplo en los trenes AIFA-Pachuca y México-Querétaro. Tenemos que abordar el rezago de trámites y permisos y pasar a la etapa de simplificación y digitalización de los mismos. Y fortalecer las capacidades de ASEA y de Profepa en inspección y vigilancia, que les corresponde. 

También quiero reconocer al Doctor Víctor Hugo Páramo, que ayer tuve el honor de estar en su Comité Directivo, que fue para mí tan ilustrativo, tan informativo. Lo felicito profundamente. Igual tuve la ocasión de estar en el INECC y me encantó la reunión. Son informativas, son profundas. Tenemos una institucionalidad que ofrece tanto. Qué decir de la Conabio, qué decir de la Conafor. Hay mucha capacidad en la Secretaría. 

Es cierto que hemos sufrido recortes presupuestales, sobre todo en el capítulo mil. Y por ello es que debemos estar mucho más coordinados que nunca entre los órganos desconcentrados y descentralizados del sector ambiental, y con otras Secretarías para unir capacidades públicas y sumar voluntades. Ya hemos avanzado con coordinaciones muy importantes, con la Secretaría de Agricultura, de Comunicaciones y Transportes, la Secretaría de Energía, con Defensa, con Semar, y vamos a intentar complementar con recursos de cooperación internacional. 

¿Dónde está Camila? De cooperación internacional para poder realmente subsanar algunas de nuestras fallas presupuestarias. Pero en todo caso, Julieta está dando toda la pelea para que el recorte sea lo mínimo ¿verdad?, y que esto pueda ser reparado el próximo año. Yo entiendo perfectamente bien lo que está pasando. Estamos enfrentando un déficit fiscal como país de 5.7 puntos del PIB. Es mucho. Y por ello, la presidenta tiene que otorgar prioridades a aquellas áreas que van a generar empleo, que van a generar crecimiento, que van a generar consumo, y eso es lo que en realidad… y por supuesto, la salud. Nosotros entonces intentaremos, con la determinación de todas y de todos ustedes, alcanzar nuestros objetivos. 

Eso sí, tendremos que ser mucho más precisos con las acciones y eficientes con los recursos, tanto humanos como financieros. Pero estoy segura que lo lograremos con el apoyo de los niveles de gobierno estatales, municipales y federales, con la comunidad científica, con las empresas, con las organizaciones civiles, con las comunidades, con los trabajadores, con los campesinos y, por supuesto, siguiendo una planeación que considera en primer lugar a los grupos sociales más vulnerables. 

Por último, quiero hacer particular mención en este mensaje, y como siempre, a todas las mujeres. A las mujeres de este sector. Y no por nada pero, con la pena verdad, pero aquí el presidium, verdad. Porque lo que sucede es que, bueno, es la primera vez que tenemos una presidenta mujer en 200 años, y también es tiempo de transformación, es tiempo de mujeres, pero sin dejar atrás a los hombres tampoco. 

Pero me gustaría también reconocer el trabajo de las y los jóvenes que han iniciado su carrera profesional en este sector tan importante y tan noble. Sepan que están en un camino en que encontrarán grandes satisfacciones, muchos obstáculos y resistencias, pero en el que podrán retribuir al mundo labores trascendentales. La energía que hoy los impulsa a los jóvenes, una fuente inagotable que les tiene que permitir perseverar en sus sueños y que los posibilita encontrar nuevas oportunidades para crecer y mejorar nuestra sociedad. 

No quiero dejar de mencionar la suprema relevancia de nuestras comunidades en esta labor para cuidar la naturaleza y la riqueza del país. Hemos comenzado un periodo de correspondencia con las causas y las luchas sociales en las que debemos entender las necesidades de las personas y las medidas técnicas que se requieran. Juntas y juntos podemos forjar esas alianzas para remediar y restaurar el patrimonio biocultural, y aquellas áreas rezagadas que a veces denominamos zonas de sacrificio. 

En este día especial, finalmente me gustaría invitarlos a unirnos con renovada alegría y energía para generar más espacios igualitarios y tiempos más promisorios. Que este diciembre represente un espacio de reflexión y acercamiento con nuestras familias y nuestras amistades. Al mismo tiempo los convoco a llevar con ustedes un mensaje optimista en el que nuestros actos nos hagan salir de la penumbra, del deterioro, y transitar de la crisis a la oportunidad, de la oscuridad a la luz, a la claridad de una ecología integral. 

La esperanza que alumbra la transformación en México continúa palpitante bajo el liderazgo de esta gran mujer, la presidenta Claudia Sheinbaum. Es momento entonces de ir al encuentro insustituible de los afectos, a cultivar lo que yo siempre he denominado el círculo pequeño. Si uno no cuida el círculo pequeño, no puedes actuar en el círculo grande. Te pierdes. Y por ello los invito a hacer un balance del ciclo que se cierra, a sumar energías para el que vendrá, porque seguramente habremos de enfrentar incontables desafíos, pero estoy convencida que sabremos salir adelante con mayor fortaleza, como lo hemos hecho incontables veces.

Concluyo este mensaje retomando las palabras de mi favorito, Eduardo Galeano, las cuales nos recuerdan hoy que hacer comunidad con el medio ambiente es nuestra función vital como humanidad y cito:

“Es desde la esperanza, y no desde la nostalgia, que hay que reivindicar el modo comunitario de producción y de vida, fundado en la solidaridad y no en la codicia. La relación de identidad entre el hombre… y yo agrego, la mujer… y la naturaleza es nuestro trabajo y nuestro camino”. 

Pues estas fiestas deseo que sean momentos de cariño y ese impulso para el anhelo compartido de construir un mundo mejor y una patria digna, igualitaria y sostenible. 

Gracias por su incansable labor durante estos tres meses. Les extiendo un abrazo fraterno y solidario a ustedes, a sus familias, a la espera que nos encontremos nuevamente y con bríos renovados el próximo año. 

Muchas felicidades y muchas gracias.


 

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