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Mensaje de la secretaria Alicia Bárcena en el evento Coordinación de esfuerzos multisectoriales para incrementar la ambición climática

Evento paralelo COP29-IMC

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales | 20 de noviembre de 2024

Muy buenas tardes a todas y a todos en Bakú, Azerbaiyán. 

Me hubiera encantado poder participar personalmente en esta COP29 y en este evento, pero causas de fuerza mayor no me lo permitieron. Sin embargo, estoy siguiendo de manera permanente el desarrollo de esta conferencia y participando activamente en ella, a través de la delegación mexicana encabezada por José Luis Samaniego y Camila Zepeda, y más adelante por Enrique Ochoa.

Aprecio mucho esta invaluable oportunidad de participar, aunque sea a la distancia, en discusiones tan importantes como la que nos convoca el día de hoy. 

Foros como este son indispensables para transitar del compromiso a la acción en distintos niveles de gobierno y de gobernanza, a fin de informar e inspirar procesos de actualización de nuestras Contribuciones Determinadas a nivel Nacional, los NDC. Que estén a la altura de las circunstancias actuales, que aumenten la ambición, que apalanquen la transición hacia modelos de desarrollo sostenibles e incluyentes.

No quiero comenzar esta participación, sin transmitirles antes un afectuoso saludo de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, quien además de ser la primera presidenta de México en 200 años es una reconocida científica en el ámbito energético y en el ámbito del cambio climático. Es una convencida defensora de la cercanía y la solidaridad que nos hermana con los demás pueblos de América Latina y el Caribe. 

De mi parte, también he dedicado gran parte de mi vida a impulsar el desarrollo sostenible y colectivo de nuestra región querida, América Latina y El Caribe, por eso, me da un enorme gusto contribuir a esta conversación necesaria y pertinente.

En México, estamos viviendo tiempos de transformación. Bajo el liderazgo de la presidenta, hemos adoptado una política ambiental y ecológica humanista, orientada bajo el principio de prosperidad compartida para las generaciones actuales y futuras.

En esta Conferencia de las Partes buscamos hacer patente y renovar nuestro compromiso con una acción climática ambiciosa, con la convicción de que solo lo podremos hacer, si lo hacemos juntos, para enfrentar la actual crisis climática. Y por eso se requiere la colaboración de múltiples sectores y de actores a todos los niveles de gobierno, así como una sólida cooperación regional y multilateral.

El cambio climático es uno de los mayores retos, es la mayor falla del mercado de todos los tiempos, como lo dijo Nicholas Stern, que enfrenta la humanidad, y como ya se advertía hace algunos años, Mario Molina, nuestro mexicano Premio Nobel de química también dijo que era uno de los fenómenos más graves que vive la humanidad.

Tenemos huracanes más intensos, sequías más prolongadas, temperaturas extremas que ponen de manifiesto que estamos viviendo y padeciendo ya los efectos de un planeta que está viviendo en el desequilibrio. 

Los datos no mienten: durante 2023, en México, el huracán Otis se intensificó en tiempo récord hasta alcanzar la categoría máxima por el calentamiento del mar. No obstante, a nivel nacional, también 2023 fue catalogado como el año más seco, de acuerdo con nuestro registro histórico desde 1941. Fue además el más cálido jamás registrado en el planeta en 174 años que cuentan con registros de observaciones. En México tuvimos temperaturas incluso hasta de un grado más de lo que normalmente ocurre.

Nuestra región ha sido la más desigual del mundo. Es la más desigual y, por lo tanto, los efectos climáticos y los fenómenos naturales nos afectan en mayor cuantía. Nuestras economías siguen sumidas en la dependencia, limitadas por un modelo extractivista que aprovecha de una fuerza laboral precarizada y profundiza las desigualdades.

La buena noticia es que las transformaciones estructurales  que debemos acelerar para descarbonizar nuestras economías, pueden ser realmente detonadoras de una nueva era económica, de integración social, de integración regional.

Por eso reconocemos esta oportunidad, la hacemos nuestra, y debemos aprovechar esta transición para hacer frente a retos comunes y alcanzar un desarrollo más sostenible e igualitario.

Esto está directamente vinculado a estas rutas de descarbonización de sectores estratégicos, aquellos que debemos priorizar por ser los principales emisores de gases de efecto invernadero, pero también son sectores que pueden dinamizar de otra manera nuestras economías, a través de alianzas estratégicas y de nuevas tecnologías.

Permítanme ejemplificar: en México, una de las principales fuentes de emisiones es el sector del transporte. La ruta para descarbonizar este sector va a requerir de grandes inversiones en proyectos de infraestructura. Por ejemplo, acciones anunciadas por la presidenta Sheinbaum para lograr un desarrollo ferroviario con enfoque intermodal y un desarrollo ferroviario eléctrico. Dichas inversiones tienen un efecto doble: por un lado van a reducir el costo y por otro las emisiones por kilómetro, persona o tonelada transportada. Ese es el horizonte. 

Esta ruta sectorial también pasa por la descarbonización masiva de la flota vehicular, sobre todo, la privada, pero también la del transporte público. Ahí la doctora Sheinbaum, que fue jefa de Gobierno de la Ciudad de México, dio inicio al proceso de sustitución de autobuses a diésel por autobuses 100% eléctricos en algunas líneas del sistema Metrobús. Los buses adquiridos, sin embargo, fueron importados, a falta de capacidad para la producción a nivel nacional.

Por eso, lo que se está planteando ahora es una coordinación nunca antes vista, con las autoridades municipales y estatales, con el sector privado, con la banca de desarrollo, con apoyo de la Secretaría de Economía,  con todos los actores relevantes, la Secretaría de Energía, con el objetivo de lograr la electrificación del transporte público, al menos electromovilidad híbrida en ciudades, sobre todo, medianas y grandes.

Y esto debe darse a partir del impulso de la industria mexicana, para la producción nacional de autobuses y sus componentes de baterías y toda la infraestructura asociada. 

Se trata de una estrategia integral que no solo tiene un enorme potencial de mitigación, sino que también puede crear empleos dignos, detonando a la par la innovación, el desarrollo, para una producción nacional con alto valor agregado, sobre todo, en materia tecnológica.

Aquí es donde el desarrollo territorial y sectorial se articula con la cooperación regional, porque debemos ofrecer incentivos para las empresas; debemos invertir en ciencia y tecnología; debemos proveer educación de calidad para contar con una fuerza laboral calificada. Sin embargo, sabemos que lo que va realmente a detonar una inversión de la magnitud requerida es la garantía de una demanda sostenible. Esto nos puede ayudar a llegar más lejos. 

La cadena de valor de la producción de los autos, de los autobuses, para lograr un transporte eléctrico o híbrido puede ser mucho más sostenible e independiente si nos integramos para potenciar el desarrollo tecnológico y si nos aliamos para asegurar el suministro de minerales críticos para las baterías, como el litio, como el cobre. Y además si compartimos mejores prácticas para el desarrollo urbano basado en movilidad sostenible.

Llegó el momento de pensar en plataformas industriales integradas que nos permitan desarrollar economías de escala, democratizar las tecnologías críticas para la transición. Este tiempo singular debe redoblar la común vocación latinoamericana y caribeña de cooperación. Debe ser la base para un cambio en el estilo de desarrollo con una mirada centrada en la justicia social, en la restauración ambiental.

Por eso, también nos interesan las soluciones basadas en la naturaleza, por eso, nos interesa restaurar los manglares y los bosques, porque la verdad es que no podemos rendirnos a los designios de quien siempre ganan. 

Prefiero pensar en que se trata de una gran aversión al cambio. Y como lo decía Bertolt Brech, aquel ilustre dramaturgo alemán que decía, y cito:

“No acepten lo habitual como cosa natural, pues en tiempos de desorden sangriento, de confusión organizada, de arbitrariedad consciente, de humanidad deshumanizada, nada, nada debe parecer imposible de cambiar”, y cierro la cita.

Concluyo entonces reiterándoles el inquebrantable compromiso de México para continuar trabajando, codo a codo, en este y en otros objetivos, y mi apoyo, en particular, desde la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. 

Mucho éxito y muchas gracias. 

 

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