San Felipe, en Baja California, es testigo del esfuerzo internacional más grande para la conservación de una especie. A este puerto han llegado científicos de 9 países para compartir su conocimiento y experiencia.

Aquí llegó Andrew Westgate, profesor e investigador de la Universidad de Carolina del Norte en Wilmington. Estudioso de los mamíferos marinos, dirige un programa en Canadá para la liberación de marsopas comunes.

La población de San Felipe, de más de 16 mil habitantes, está acostumbrada a una temperatura promedio de 31 grados centígrados, aunque en los meses más calurosos alcanzan los 45 grados. Algunos de sus pescadores se han sumado a los esfuerzos para salvar a la vaquita marina.

Precisamente, en el pasado Andrew ha ayudado a pescadores a sacar a marsopas que quedan atrapadas en trampas de pesca: “Me ha tocado manejar como unas 800 marsopas en mi vida y la vaquita marina es el familiar más cercano que hay a la marsopa común del Báltico”.

¿Por qué está aquí? “Me invitaron a unirme al proyecto por mi experiencia con la marsopa común. Quedan muy pocas vaquitas y creo que el consenso entre científicos y conservacionistas es que esta es nuestra última oportunidad de recatar a esta población de la extinción”.

Para él es claro: las vaquitas marinas corren peligro, pueden morir atrapadas en redes fantasma, por ello, junto con él, más de 60 científicos tienen la esperanza viva de que al rescatarlas y llevarlas a un santuario estarán protegidas de la extinción.

“Son un recurso muy valioso y son los últimos miembros de su especie en nuestro planeta, quedan muy pocos, así que ahora es nuestra responsabilidad prevenir su extinción y por eso estoy aquí, ayudando en su conservación, protección y recuperación (CPR)”.

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