Desde sus orígenes, las principales ciudades y pueblos del mundo se asentaron junto a los ríos y lagos, ya que sus cuencas les permitieron abastecerse de los recursos necesarios para desarrollarse y subsistir. Es por esta razón que junto a las ciudades históricas existe un afluente de gran valor histórico y cultural.

México no es la excepción, ya que en su territorio podemos ver cómo las grandes ciudades han tenido sus orígenes y desarrollo al lado de estos cuerpos de agua, entre ellos la Ciudad de México, fundada sobre lo que fue la cuenca del Lago de Texcoco y que era alimentada por distintos afluentes de los que hoy todavía prevalecen los ríos Magdalena, Becerra, Barranca del Muerto, Eslava, Mixcoac y San Ángel. De ahí la importancia de cuidar sus cauces para las generaciones futuras.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) México cuenta con una red hidrográfica de 633 mil kilómetros de longitud, donde destacan 51 ríos por los que fluye el 87% del escurrimiento superficial y cuyas cuencas cubren el 65% de la superficie nacional.

Son siete los principales ríos que representan el 71% del afluente hídrico y que de mayor a menor son:

 

Río

Escurrimiento natural medio superficial (hm3/año)

Área de la cuenca (km2)

Longitud del río (km)

Grijalva-Usumacinta

104,089

87,690

1,521

Papaloapan

42,018

46,022

354

Coatzacoalcos

28,717

21,336

325

Balsas

16,363

112,039

770

Pánuco

20,224

88,814

510

Santiago

7,349

76,277

562

Tecolutla

6,127

 

7,786

 

 

375

 

Resulta interesante saber que aunque los ríos tienen un nombre oficial, al pasar por diferentes lugares, la gente de las comunidades les pone nombres locales. Por ejemplo el Río Pánuco, el cual se origina en el noreste de la ciudad de México, penetra al estado de Hidalgo, donde recibe el nombre de Tula; llega a los límites con Querétaro, donde se llama Moctezuma; pasa a San Luis Potosí y después de atravesar la ciudad, se une al Tamuín, para denominarse Pánuco.

Cuidar estos cuerpos de agua es una responsabilidad de todos, de manera que tanto empresas, como particulares y gobierno deben asegurarse de cumplir con lo señalado en la Ley de Aguas Nacionales y en caso de haber alguna irregularidad, hacer la denuncia correspondiente por alguno de los canales existentes para ese fin.