Entre sus funciones se encuentran su participación en la regulación del clima, tanto por el movimiento de las masas de aire frío y caliente sobre los océanos y masas continentales como por su efecto en las corrientes oceánicas y en el transporte del vapor de agua que después se vierte en forma de precipitación en los continentes.

Además, actúa como reservorio de algunos elementos químicos vitales para los seres vivos, como carbono y el nitrógeno.

El ozono se encuentra en la troposfera (es la capa más baja de la atmósfera) y en la estratosfera (es la segunda capa de la atmósfera), y juega dos roles importantes dependiendo de la región en la que se encuentre.

En la estratosfera, cumple una función muy importante en el desarrollo de la vida del planeta: la absorción de un gran porcentaje de la radiación ultravioleta que llega a la Tierra.

Sin embargo, la mayor parte de este componente natural en la tropósfera se produce cuando los óxidos de nitrógeno, el monóxido de carbono y los compuestos orgánicos volátiles reaccionan en la atmósfera, en presencia de luz solar. Las fuentes antropogénicas más importantes de precursores de ozono son las emisiones vehiculares, las emisiones industriales y los solventes químicos.

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