Porque los organismos vivos son parte esencial de ese todo que es el planeta, más de 100 naciones se hermanan este 22 de abril para celebrar el Día Internacional de la Madre Tierra, bajo el lema “Proteger nuestras especies”.

“Madre Tierra” es para muchas culturas de todo el mundo una expresión de amor y cercanía que refiere la estrecha interdependencia entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que habitamos, y así lo reconocen las sociedades desde tiempos ancestrales.

El lema “Proteger nuestras especies” alude a preservar la flora y la fauna, amenazadas por el cambio de uso de suelo, el saqueo irracional, los incendios forestales, el cambio climático y la introducción de especies no nativas, entre otros factores.  

La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad señala que México ha perdido alrededor del 50% de sus ecosistemas naturales y, en consecuencia, la biodiversidad de esos hábitats.

En nuestro país, el “cambio de uso del suelo” en bosques, selvas, pastizales, etcétera, a actividades agrícolas, ganaderas, industriales, turísticas, petroleras, mineras, entre otras, están normadas en las evaluaciones de impacto ambiental de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente  (LEEGEPA) y normas y reglamentos asociados.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas considera necesario promover la armonía entre la naturaleza y el planeta, así como acciones orientadas a lograr un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.

El 22 de abril de 1992 el senador estadounidense y ambientalista Gaylord Nelson instauró el Día Internacional de la Tierra, con el fin de crear conciencia sobre la sobrepoblación, la contaminación ambiental y la necesidad de conservar la biodiversidad, principios que hoy cobran fuerza al estar en riesgo muchas especies que están en peligro de extinción.

Tengamos presente este día que el planeta y sus ecosistemas nos dan vida y sustento, por lo cual habremos de asumir la responsabilidad colectiva de fomentar la armonía con la naturaleza y con la Madre Tierra, como se ha reconocido desde la Declaración de Río, en 1992.

En esta jornada, indica la ONU, es también oportuno promover la educación ante un cambio climático de origen antropogénico que se ha convertido en una de las mayores amenazas para el desarrollo sostenible en todo el mundo y amaga la vida de las generaciones futuras.

El organismo internacional recuerda que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y el Acuerdo de París fomentan la cooperación internacional entre las partes sobre educación, formación, concientización pública, participación pública y acceso público a la información sobre el cambio climático.

En Nueva York, la Asamblea General de la ONU celebra este día el noveno diálogo interactivo sobre Armonía con la Naturaleza, "La Madre Tierra en la aplicación de la educación sobre el cambio climático", para garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus impactos, e inspirar a los ciudadanos y las sociedades a reconsiderar cómo interactúan con el mundo natural en el contexto del desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza y la justicia climática.

También este año, el 23 de septiembre, se celebrará la Cumbre del Clima, organizada por el Secretario General de la ONU, António Guterres, para afrontar el cambio climático y acelerar la aplicación del Acuerdo de París.

Junto con la ONU, asimilemos el viejo pensamiento oriental: «La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos».