Las nubes tienen un papel decisivo en las predicciones y los avisos meteorológicos. Contribuyen al ciclo del agua y a todo el sistema climático.

Se forman por el enfriamiento del aire lo que provoca que el vapor de agua se condense en gotitas a medida que asciende.

De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, se clasifican de acuerdo con la altitud en que se encuentran: bajas, medias y altas.

Nubes altas: se encuentran generalmente entre 6 y 12 kilómetros de altitud y podemos observar a las llamadas Cirrus, Cirrocúmulus y Cirrostratus.

Nubes medias: entre 2 y 6 kilómetros de altitud y ahí se pueden hallar a los tipos

Altocumulus, Altostratus, NImbostratus.

Nubes bajas: se ubican hasta 2 kilómetros de altitud y se encuentran a los Stratus, Stratucumulus y Cumulus.

Existen también las cumulunimbus  que se denominan de desarrollo vertical. Al principio son bajas pero crecen verticalmente y pueden alcanzar la altitud de una nube alta.

El sistema internacional actual de clasificación de nubes en latín se remonta a 1803, cuando el meteorólogo aficionado Luc Howard escribió el ensayo The Modifications of Clouds.

El Atlas Internacional de Nubes reconoce actualmente diez géneros (clasificaciones básicas), que describen en qué parte del cielo se forman y su apariencia aproximada.

Para mayor información visita: https://public.wmo.int/es/D%C3%ADa-Meteorol%C3%B3gico-Mundial-2017/clasificaci%C3%B3n-de-las-nubes

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