Cada año se generan entre 7 mil y 10 mil millones de toneladas de residuos urbanos en todo el mundo, de acuerdo con un informe de expertos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la International Solid Waste Association (ISWA). La gestión de estos residuos representa uno de los principales problemas medioambientales, económicos y de salud.

En el caso de México, se generan diariamente cerca de 103 mil toneladas de residuos, de los cuales un 84% se recolectan y un aproximado de 78% se disponen en sitios de disposición final. Solo el 9.6% de los residuos generados se recicla.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales busca que la población contribuya con acciones en materia de gestión integral de residuos y su aprovechamiento. La mayor parte de los residuos que tiramos son reutilizables y reciclables pero si los mezclamos se convierten en basura, lo que dificulta su aprovechamiento.

El artículo 18 de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos (LGPGIR) establece que los residuos sólidos urbanos podrán subclasificarse en orgánicos e inorgánicos con objeto de facilitar su separación primaria y secundaria, de conformidad con los Programas Estatales y Municipales para la Prevención y la Gestión Integral de los Residuos, así como con los ordenamientos legales aplicables.

Los desechos orgánicos son de origen biológico y los inorgánicos son todo desecho que no es de origen biológico.

Con la simple acción de separar el papel, el plástico, el vidrio y la materia orgánica se facilita su recolección, se reduce el espacio que ocupan en los rellenos sanitarios y tiraderos, y se alarga su vida útil, además de que se disminuye la contaminación y se ahorra en recursos naturales y energía.

Una gestión adecuada de los residuos, además de múltiples beneficios para los países, se disminuirán los impactos negativos en el planeta. Y esto es una tarea que nos compromete a todos.

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