Hoy 13 de febrero, Día Nacional del Águila Real, celebramos a cuauhtli (voz náhuatl), o weerika wimari (lengua huichol), el ave majestuosa que historiadores y naturalistas encuentran en el mítico viaje ordenado a los antiguos mexicanos por el dios Huitzilopochtli, hacia el año 1116, o 1-Pedernal, desde Aztlán al centro del país, donde encontrarían un águila con las alas abiertas parada sobre un nopal y devorando a una serpiente. Ahí fundarían la Gran Tenochtitlan, cuna de una magnífica civilización.

Todos esos elementos están arraigados en el inconsciente colectivo de los mexicanos, pero además esta rapaz de plumaje café oscuro con matices dorados en cuello y hombros, 1.5 m de envergadura entre las alas desplegadas y hasta 6 Kg. de peso, es un depredador tope, cuya presencia indica el estado de conservación de los ecosistemas.

Por esa razón, para garantizar la supervivencia del Aquila chrysaetos, esta majestuosa voladora en los ecosistemas del país fue incluida en 2007 en el Programa de Acción para la Conservación de Especies (PACE) que protege 44 especies prioritarias en riesgo, y desde 1994 el águila real ha permanecido en la clasificación de Especie Amenazada por la NOM-059-Semarnat.

Por sus características físicas y destrezas, el águila real ocupa un sitio preferente entre la fauna más apreciada: inquietos ojos color miel de aguda e inteligente mirada que ubican desde muy alto a sus presas: liebres, conejos, perritos de la pradera y otros pequeños mamíferos, lo mismo que serpientes, aves, e incluso insectos, los cuales atrapa en su vuelo vertiginoso de 240 km/h.

Las águilas reales sobrevuelan cerros cercanos a valles, laderas, cañadas y praderas de zonas áridas, semiáridas y montañosas con bosques templados, desiertos y pastizales de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Nayarit, Durango, Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Querétaro, Guanajuato y Oaxaca, donde anidan en las partes más altas de las montañas.

Actualmente, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas tiene registradas 174 parejas reproductivas, lo que representa un incremento significativo en el registro de la población de esas aves para el país respecto de 2010, cuando sólo se tenían el registro de 70 parejas reproductivas y 117 nidos. Se cuenta con registros de la especie en 31 Áreas Naturales Protegidas de nuestro país.

Los más recientes trabajos de investigación de campo amplían los objetivos de conservación del águila real en su rango de distribución y reproducción en México, al ser detectados ejemplares de la especie por monitores comunitarios.

Investigadores de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional reportaron una pareja de águila real cazando en Mesita del Tigre, municipio de Victoria, Guanajuato, en la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda.

También en la localidad oaxaqueña de Tepelmeme, Villa de Morelos, Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán, monitores y personal de la Conanp avistaron ejemplares juveniles de la especie en las cercanías del poblado, y aunque en principio los ejemplares parecían formar parte de una población migratoria, lograron reunir evidencia de una pareja de águilas acompañada de un juvenil que hacía llamados a sus padres.

Resultado de un convenio de colaboración entre las Secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales y de la Defensa Nacional, en 2017 se registró en el Colegio Militar, ubicado en la Ciudad de México, el Centro Nacional de Control  y Protección del Águila  Real, una Unidad de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA) desde 2010 ante la Semarnat y cuenta con su Plan de Manejo de esta ave rapaz.

En sus 9 mil 672 metros cuadrados alberga una clínica, laboratorio para análisis clínicos y rayos X, quirófano, farmacia, área de crianza con incubadoras, además de oficinas administrativas y de vigilancia, dos alojamientos, así como dos jaulas de vuelo y aclimatación de 5 mil 832 metros cuadrados.

No obstante, el águila real sigue en categoría de amenazada porque su población se encuentra en peligro de desaparecer en el corto o mediano plazo si persisten los factores negativos de su viabilidad: la modificación y la pérdida de su hábitat, la cacería furtiva, la colecta ilegal de huevos y ejemplares y la electrocución de águilas en tendidos eléctricos.

Conservar esta ave magnífica y emblemática es responsabilidad de todos y todas, por lo que el Día Nacional del Águila Real es necesario hacer conciencia del riesgo a que es sometida esta ave amenazada que aporta mucho a la conservación. 

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