El transporte público, la bicicleta o la caminata son opciones cada vez más aceptadas por las sociedades de todo el mundo ante los estragos ambientales y en la salud pública que causa el uso del automóvil, por lo que en muchas regiones del planeta se promueve el Día Mundial sin Automóvil que busca sensibilizar a los tomadores de decisiones públicas para que destinen más recursos al fortalecimiento de un transporte público ecoamigable, así como concientizar a los ciudadanos del impacto ambiental de los automotores.

 

La crisis energética que padecía Europa motivó en 1974 esta celebración a sugerencia de los gobiernos de ese continente. Sin embargo, al superarse la penuria la iniciativa quedó en el olvido durante más de diez años hasta que ecologistas, también europeos, la relanzaron en los años ochenta pero con una perspectiva ambiental: mitigar los efectos de los gases de efecto invernadero que aporta el automóvil a la atmósfera.

 

Datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz indican que en nuestro país el transporte privado va ganando la carrera, ya que la venta nacional de automóviles, solo de enero a agosto del presente año, fue de 990 mil 492 unidades, es decir, 2,829 más que en el mismo lapso de 2016, lo que llama a reflexionar sobre la necesidad de equilibrar esa tendencia, principalmente en términos de huella ecológica, ya que la venta de vehículos híbridos y eléctricos de enero a junio de 2017 fue apenas de 791 unidades, a diferencia de las 1,073 que se vendieron en igual periodo del año anterior.

 

Las cifras crecientes del uso del automóvil bien podrían reducirse si adoptamos opciones como la bicicleta para desplazarnos a la oficina, la escuela o a sitios cercanos de recreo, o nos trepamos a un transporte público si la distancia es más lejana, con lo cual contribuiremos a sanear el aire que respiramos y podremos disfrutar de una mejor salud.

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