Por Rafael Pacchiano Alamán

El desarrollo forestal es básico en un país como México, donde más del 71 por ciento de su territorio está cubierto por ecosistemas forestales y donde más de 11 millones de personas habitan en estas áreas.

Además, lo es también porque una de las principales razones de nuestra biodiversidad radica en el hecho de tener representados todos los ecosistemas terrestres que existen en el mundo.

Somos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), el lugar número 11 a nivel mundial en términos de superficie arbolada con 66 millones de hectáreas.
El Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha sido consciente de que los recursos forestales pueden aportar más al desarrollo del país. Estamos convencidos de su importancia estratégica para el bienestar, la salud e incluso la seguridad y el desarrollo económico y social.

La política forestal del Gobierno de la República hoy tiene como eje central la producción y la productividad forestal.

Hoy sabemos que cuando los recursos naturales generan beneficios económicos para sus dueños, ellos los protegerán mejor. El camino está en el aprovechamiento forestal sustentable o en esquemas de conservación activa como el pago por servicios ambientales.

También sabemos que para la conservación y protección de bosques y selvas se debe modernizar y hacer más eficiente las actividades productivas. Por ello la alta prioridad que hemos dado en esta administración a la atención del forestal nacional.
La Expo Forestal es reflejo de esta nueva visión. De sus 13 ediciones, la de 2018 demostró ese cambio al ser ahora un espacio profesional, moderno y de avanzada, que está a la altura de las expectativas y requerimientos del sector forestal.

Durante el Gobierno del presidente Peña Nieto, en sólo tres ediciones —pues se decidió hacer la expo bienal— no sólo ha crecido en tamaño y asistentes, sino que incluso las transacciones de compra se ha quintuplicado.

El sector forestal todavía tiene mucho que dar al país y nosotros mucho que devolverle. A mes y medio de que la administración acabe estamos a punto de cumplir con la meta sexenal de reforestación: un millón de hectáreas.

Se trata de una de las muchas acciones ambientales que conforman el gran legado de la que, insisto, ha sido la administración más ambientalista de la historia.