Símbolo de la Navidad en todo el mundo: la mexicanísima flor de Nochebuena o cuetlaxóchitl (flor que se marchita, o flor de cuero, en náhuatl), espléndida con su tono rojo, sobresale en la época invernal lo mismo en los hogares de las familias más modestas que en los grandes salones, restaurantes, oficinas y avenidas.

Quienes no tienen acceso a las flores naturales elaboran o adquieren ejemplares de papel, tela, plástico y otros materiales. Pero nada como lucir flores naturales de Nochebuena en la mesa, el escritorio o en macetas dispuestas en los espacios más sorprendentes.

Por eso la floricultura mexicana se viste de rojo y podrá llevar buenas cuentas a casa. Los floricultores de siete estados cultivaron este año más de 17 millones de plantas que darán vivacidad a las fiestas navideñas.

Sí, con al menos 17 millones de matas de flor de Nochebuena producidas en Ciudad de México, Morelos, Puebla, Jalisco, Estado de México, Michoacán y Oaxaca, entre otras entidades, se garantizó desde fines de noviembre cubrir el abasto nacional de las distintas variedades de flor de Nochebuena, porque si bien la clásica y más requerida es la roja, existen las de color rosa, amarillo y morado, y también la blanca, que se asocia con la paz y la tranquilidad.

Datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural indican que en México se producen más de 30 variedades de esta flor, de las cuales el 90%, tanto en producción como en consumo, corresponde a la tradicional roja, el 5% a la blanca o amarilla, y el resto se distribuye entre la rosa, la rayada y la marmoleada.

Pero hay quienes cifran en más de 100 las variedades de Nochebuena, y son los estados de Guerrero y Morelos los que sobresalen por la producción comercial de la misma, que se ha elevado notablemente mediante el cultivo en invernadero con riego tecnificado, fertilización, control de la temperatura y humedad, luminosidad, reguladores de crecimiento, poda y control de plagas y enfermedades, tanto para el consumo nacional como para la exportación, ya que se obtienen flores de muy alta calidad.

Al color rojo intenso de la flor de Nochebuena se le han atribuido diversos significados, el religioso es el más extendido y lo considera una alegoría de la sangre de Cristo. Pero en general se le relaciona con la alegría, la vivacidad y el fuego, elementos propios de las festividades navideñas.

Esta planta, símbolo de paz y armonía, promueve una importante actividad económica generadora de empleos, por lo que contribuye a fortalecer el tejido social en diversas zonas rurales del país y lleva alegría y bienestar a los hogares de nuestros floricultores.

Euphorbia pulcherrima es el nombre científico de esta espléndida flor de alta resistencia a las bajas temperaturas propias de la época invernal, y se le conoce popularmente como Flor de Pascua, Estrella Capital, Flor de Navidad y Pastora, entre muchas otras denominaciones.

El arbusto mexicano que da la flor de Pascua fue domesticado por los pueblos originarios de México y aún en la actualidad crece en forma silvestre en los bosques tropicales secos del Pacífico mexicano, desde Sinaloa hasta Chiapas, incluso hasta Guatemala, y su área ancestral se encontró en el norte de Guerrero.

Las especies silvestres de cuetlaxóchitl son menos ramificadas, con brácteas (hojas que son consideradas pétalos) petaloides angostas y menos brillantes e inflorescencias con menor número de flores, pero los floricultores mexicanos han logrado nuevos tonos y variedades: rojas, amarillas, rosas, salmón, blancas y jaspeadas, y algunas con hojas adicionales, e incluso con flecos en los bordes.

Cuetlaxóchitl fue llevada a Estados Unidos en 1829 por el entonces embajador estadounidense Joel Roberts Poinsett, por lo que en ese país es conocida como poinsettia. El diplomático recopiló algunos ejemplares de esta planta en Taxco, Guerrero, y los envió al jardín botánico Bartram, donde los cultivaron y exhibieron. Más tarde, con ese nombre la Nochebuena fue introducida a Europa y se expandió al resto del mundo.

Los antiguos mexicanos encontraron en esta planta propiedades medicinales. Con las partes aéreas y las brácteas preparaban un cocimiento y una infusión contra la hemorragia vaginal abortiva, y también era utilizada para regular la menstruación.

Durante la Colonia, cuetlaxóchitl adornaba las iglesias toda la temporada navideña, y así se expandió la costumbre imprescindible de ornamentar no solo las iglesias sino áreas jardinadas, espacios públicos, camellones, centros comerciales, escolares y de diversión, porque la flor de Nochebuena se ha convertido en un ícono cultural de la Navidad en todo el mundo.

Los fines de año la imagen de esta emblemática flor aparece también de manera profusa impresa o manufacturada en diversos materiales y sitios inesperados donde su presencia transmite paz y armonía y da pie a las celebraciones decembrinas.

El cultivo de la flor de Nochebuena es uno de los más importantes en el sector de plantas ornamentales en México. Nuestros floricultores crean lo mismo flores pequeñas de sólo 7 cm de altura, para adornar un mostrador, un escritorio o un aparador, que grandes y hermosas flores dispuestas en macetones de todo tamaño.

Podemos adquirir esta típica flor mexicana en tianguis, mercados y centros comerciales y contribuir así a mejorar la economía de quienes las producen, o admirar en algunos jardines caseros los arbustos pletóricos de nochebuenas, un agasajo para el espíritu.

En esta época del año podemos adquirir plantas de cuetlaxóchitl desde 7 centímetros de altura para colocar en escritorios o pequeños espacios, e incluso como obsequio navideño,

Desde principios de noviembre, esta típica flor mexicana, regalo navideño de México para el mundo, está disponible en viveros, tianguis, mercados y centros comerciales. Al adquirirla contribuimos a mejorar la economía de quienes las producen y nosotros embellecemos nuestro entorno durante las fiestas decembrinas.