Sin la tarea ecológica de las abejas llamada polinización no estaría garantizada la alimentación humana, afirman expertos en abejas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), según los cuales un tercio de la producción mundial de alimentos depende de las abejas.

Mediante el proceso de polinización las partes masculinas de una planta transfieren el polen a las partes femeninas de otra, lo que es vital para la reproducción de las plantas con flor, y ese transporte lo efectúan estos pequeños insectos al ir libando néctar flor en flor.

Si bien a tan benéfica labor contribuyen otros polinizadores, como las mariposas, los colibríes, los murciélagos, las lagartijas y más, que también facilitan la reproducción de muchas plantas, las abejas son indispensables para la conservación de la biodiversidad y su presencia es de enorme importancia para percatarnos de los riesgos ambientales, ya que son indicadoras de la salud de los ecosistemas locales.

Esa relevancia alimentaria, económica y social de las abejas determinó que en octubre de 2017, a iniciativa de Eslovenia, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamara el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas, fecha natal del esloveno Anton Janša, quien en el siglo XVIII innovó las técnicas de la apicultura en su patria, y reconoció a estos insectos por su habilidad para trabajar duramente sin requerir gran atención.

Sobre la importancia de las abejas existen muchos documentos. Incluso "los textos sagrados destacan la importancia de las abejas en las principales religiones del mundo para las sociedades humanas a lo largo de milenios", refiere el informe 2019 de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).

La apicultura también ha sido una importante fuente de ingresos para muchas formas de vida rurales. Según la IPBES, la abeja occidental es el polinizador más extendido a nivel mundial, y más de 80 millones de colmenas producen unos 1,6 millones de toneladas de miel al año.

Sin embargo, pese a su importancia vital para la biodiversidad, la agricultura y la alimentación humana, tanto las abejas como los demás polinizadores están en serio peligro de extinción a consecuencia de las actividades humanas, indica Naciones Unidas.

La FAO señala que las poblaciones de abejas han disminuido en todo el mundo en las últimas décadas debido a la pérdida de hábitat, las prácticas agrícolas intensivas, los cambios en los patrones climáticos y el uso excesivo de productos agroquímicos como los pesticidas. Esto a su vez supone una amenaza para una variedad de plantas fundamentales para el bienestar y el sustento de los seres humanos.

Investigaciones preliminares han encontrado que la contaminación del aire afecta a las abejas, porque ese enrarecimiento interactúa con las moléculas de olor que liberan las plantas y que las abejas necesitan para localizar su alimento, porque se reduce su capacidad para buscar alimento de manera eficiente y se vuelven más lentas y menos eficaces en la polinización.

Aunque la gran mayoría de las especies de polinizadores son silvestres, incluidas más de 20,000 especies de abejas, su cría en colmenas y el transporte a gran escala de polinizadores representan un riesgo de transmisión de patógenos y parásitos. Por ello, el informe de IPBES propone una mejor regulación de su comercio con el fin de disminuir el riesgo de daños involuntarios.

Con su laboriosa tarea de recolección entre la flora, las abejas realizan maravillosas aportaciones a los seres humanos: la jalea real que consume la abeja reina ayuda a mejorar la circulación sanguínea, tiene efectos vasodilatadores, ayuda a controlar el colesterol y glucosa en sangre; la miel es energética y vigorizante, desinfectante y cicatrizante y digestiva, además de ayudar a combatir el resfriado, los catarros y la tos. El polen tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas, es ideal para las personas que sufren cansancio y astenia, en tanto que el propóleo tiene propiedades analgésicas y antibacterianas y se usa para mejorar catarros y dolores de garganta, según numerosos estudios que avalan su uso para enfermedades respiratorias o cardiovasculares. Y la cera es un producto muy nutritivo para la piel y el cabello, por lo que se incluye en las mascarillas de belleza, ya que tiene propiedades emolientes y antiinflamatorias y sirve para la depilación natural.

Lamentablemente, las poblaciones de abejas han disminuido en todo el mundo en las últimas décadas debido a la pérdida de hábitat, las prácticas agrícolas intensivas, el uso de cambios en los patrones climáticos y el uso excesivo de productos agroquímicos como los pesticidas. Esto a su vez supone una amenaza para una variedad de plantas fundamentales para el bienestar y el sustento de los seres humanos.

Es importante tomar conciencia sobre la responsabilidad que representa realizar cultivos ecológicamente amigables que no impacten los ecosistemas, la salud humana y la economía de las comunidades.