Plantas silvestres y animales salvajes constituyen una extraordinaria riqueza planetaria, biodiversidad sin la cual los seres humanos sucumbiríamos.

No obstante su valía, en casi todo el orbe es pobre la conciencia sobre estos recursos naturales, como evidencian organismos internacionales que cifran la pérdida de especies en un 52% entre 1970 y 2014, como consecuencia de matanzas de animales, campañas de erradicación, destrucción o fragmentación de hábitas, introducción de especies, pérdida de especies paraguas, contaminación del aire, agua y suelos, e incluso prejuicios o falsas creencias sobre algunos especímenes.

La Organización de las Naciones Unidas advierte que “casi una cuarta parte de todas las especies corren actualmente el riesgo de extinguirse en las próximas décadas”.

Desconocer la importancia de la vida silvestre ha contribuido al saqueo y el comercio de especies y/o de sus partes, que ha colocado a centenares de animales y vegetales en distintas categorías de riesgo: amenazados, en peligro, en peligro crítico, o incluso extintas en vida silvestre, entre otras.

En los años sesenta del siglo XX, la extracción alcanzó niveles alarmantes hasta prender focos de alerta en la comunidad internacional y suscitar la firma de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) que suscribieron 80 países el 3 de marzo de 1963, con el fin de velar por que ese comercio no constituya una amenaza para la supervivencia de las especies.  El documento entró en vigor en 1975.

Aunque la CITES es jurídicamente vinculante para los países signatarios, entre ellos México, los cuales deben aplicar la Convención, ésta no suplanta a las legislaciones nacionales.

Este año, como cada 3 de marzo desde 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas celebra la proclamación de la CITES con la conmemoración del Día Mundial de la Vida Silvestre.

El lema de la celebración 2020 es "Sosteniendo toda la vida en la Tierra", en referencia a la protección que debemos a todos los animales y plantas del planeta como base de la increíble biodiversidad que lo puebla.

México es particularmente sensible al tema de vida silvestre, ya que se ubica en el quinto lugar entre los países megadiversos del planeta. Sin embargo, esa riqueza biológica ha suscitado intereses económicos que implican no sólo a personas, sino a gobiernos, organismos internacionales y firmas trasnacionales del más variado tipo, que ha generado un entramado oculto sobre el manejo de la biodiversidad.

Desde hace varios años académicos e investigadores universitarios como el etnobiólogo Víctor M. Toledo, han escudriñado este aspecto de la biodiversidad mexicana.

En un artículo (La Jornada, 08/NOV2016) previo a la COP 13 del Convenio de Diversidad Biológica (CDB), Toledo Manzur señaló que la biodiversidad mexicana ha sido motivo de cruentos enfrentamientos entre tres fuerzas: los conservacionistas en alianza con la ciencia, los capitalistas y los pueblos indígenas, lo cual se expresa en la política pública.

La biodiversidad amenazada. El capital va por la vida, señalaba el título del artículo escrito por el etnobiólogo Toledo Manzur, quien indicó que desde una década atrás las fuerzas descomunales del capital corporativo se movieron de manera coordinada para hacer efectiva una economía verde que rompiera los candados levantados por el conservacionismo y el ambientalismo, y permitiera acceder lo más libremente posible a la biodiversidad, concebida como un depósito de mercancías potenciales.

El científico mexicano, responsable de la política ambiental del país, advertía entonces que esa visión sobre el “conjunto de organismos, sus genes y sustancias químicas,  las masas forestales y aun los paisajes que forman, más los servicios”, perfilaba la privatización de la biodiversidad “para convertirla en un inmenso supermercado”.

La nueva política ambiental corre hoy de la mano con las comunidades originarias que, por sus prácticas milenarias y saberes, son reconocidas como garantes de la conservación de la vida silvestre, de la biodiversidad.

 

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