Cada año, la ballena gris (Eschrichtius robustus) llega a las aguas mexicanas de las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio, en Baja California Sur después de recorrer más de 12 mil kilómetros en aproximadamente tres meses de travesía desde los mares de Alaska para reproducirse y tener a sus crías.

Los refugios ubicados en la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno han permitido el cuidado y preservación de la especie, ya que sus aguas templadas son idóneas para su reproducción, y las políticas de protección en México garantizan la seguridad de los cetáceos durante su estancia en nuestro país.

El trabajo de vigilancia y protección que lleva la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), en conjunto con instituciones del gobierno y organizaciones de la sociedad civil, ha logrado recuperar la población de una de las especies más grandes del mundo marino, la cual se encuentra en la categoría de protección de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana 059-SEMARNAT 2010.

Debido a la caza furtiva, esta especie disminuyó a dos mil ejemplares en las primeras décadas del Siglo XX.

El 14 de enero de 1972, en el Diario Oficial de la Federación, se declara Zona de Refugio para Ballenas y Ballenatos, las aguas del área de la Laguna Ojo de Liebre-Guerrero Negro, al sur de la Bahía de Sebastián Vizcaíno, en el Litoral del Océano Pacífico, en el estado de Baja California Sur.

Por su valor universal excepcional como el mejor sitio en el mundo para la reproducción y crianza de este cetáceo, en 1993, la CONANP inscribió como Sitio de Patrimonio Mundial de la Humanidad el Santuario de Ballenas de El Vizcaíno.

Mayor información: https://www.gob.mx/conanp

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