Si bien los huracanes o ciclones tropicales son importantes para la distribución de lluvia y beneficio de zonas áridas y semiáridas, además de recargar mantos acuíferos y presas, debe tenerse presente su potencial destructivo que depende, entre otros factores, de la velocidad de los vientos y de las mareas de tormenta, los cuales se miden mediante la escala Saffir-Simpson.

Esta escala, que de manera recurrente se cita durante la temporada de huracanes que corre entre el 15 de mayo y el 30 de noviembre en México, la crearon en 1969 Hebert Saffir y el entonces director del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, Robert Simpson. Saffir desarrollaba para la Organización de las Naciones Unidas un proyecto habitacional de bajo costo para zonas vulnerables a estos fenómenos, y partió del ejemplo de la escala sismológica de Ritcher.

Saffir tomó en cuenta la velocidad del viento, los efectos del oleaje y las inundaciones, y estableció por ese potencial de peligrosidad 5 categorías, más dos previas que se refieren a la etapa de organización del huracán: las perturbaciones tropicales, que son impulsadas por vientos superficiales ligeros menores a 63 km/h, y las depresiones tropicales que son empujadas por entre 63 y hasta 119 km/h.

A los huracanes categoría 1 los desplazan vientos entre 119 y 154 km/h, y generan leves afectaciones a infraestructura y vegetación. La 2, de 154 a 178 km/h, produce inundaciones en zonas costeras entre dos y cuatro horas antes de la llegada del huracán, así como daño serio a la infraestructura terrestre y marítima; la 3, de 178 a 210 km/h, daña estructuras de construcciones por oleaje, derriba arbustos y árboles grandes e inunda de tres a cinco horas antes de llegar el ciclón tropical.

Los ciclones categoría 4, de 210 a 250 km/h, dañan estructuras muy fuertes, derriban árboles, arbustos y señalizaciones, y generan inundaciones de hasta tres metros de altura, de tres a cinco horas antes de que se presente el huracán, y los de categoría 5 con más de 250 km/h, causan daños totales en construcciones ubicadas hasta 500 metros de la costa, así como falla del suministro de electricidad.

Kerry Emanuel, investigador del Instituto Tecnológico de Massachussets, Ning Lin, científico de la Universidad de Princeton, y Mike Mann, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Estatal de Pennsylvania, citados por la agencia Efeverde, advierten que ya llegaron las “tormentas monstruosas”, anticipadas hace 30 años, por lo cual la escala Saffir-Simpson “no captura adecuadamente el daño que esas tormentas pueden causar”.

Coinciden en que hoy día es 14 veces más probable que los ciclones de categoría 6 sean comunes, con vientos cercanos a los 375 km/h y oleaje de hasta 12 metros, por lo cual plantean agregar a la escala Saffir-Simpson la categoría 6, es decir, huracanes con vientos de más de 320 km/ph, como lo fueron los huracanes Allen (1980), Gilbert (1988), Patricia (2015) e Irma (2017).

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