Desde 2008 un promedio anual de 21.5 millones de personas han sido forzosamente desplazadas de sus territorios a consecuencia del cambio climático y sus efectos --sequías, inundaciones, tormentas, incendios forestales, aumento del nivel del mar y temperaturas extremas, entre otros-- , y convertidas en migrantes ambientales o “refugiados climáticos”.

Ninguna zona del planeta se libra del cambio climático, pero la migración de personas dentro de una nación, o transfronteriza, es más alto en áreas vulnerables a eventos naturales perturbadores, densamente pobladas y sin recursos para enfrentar las emergencias.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados recuerda que el problema se esbozó en el Acuerdo de París, con tres planteamientos:

1.  El cambio climático es una preocupación común de la humanidad e incluye a las personas migrantes, por lo cual las Partes deben respetar, promover y considerar sus obligaciones hacia ellas.

2.    La protección de las personas, la resiliencia comunitaria y los medios de vida son puntos esenciales para abordar las causas principales del desplazamiento forzado vinculado al medio ambiente, como el acceso al agua, los alimentos, la energía y las oportunidades para la permanencia donde viven.

3.  El Mecanismo Internacional de Varsovia para las Pérdidas y Daños fue conminado a crear un grupo de trabajo para desarrollar recomendaciones que eviten, minimicen y aborden el desplazamiento forzado relativo al impacto adverso del cambio climático.

El organismo internacional aboga porque en las discusiones de la COP 23, a celebrarse en Bonn, Alemania, se aborde el espinoso tema.

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Inicia temporada de partículas, toma precauciones