La atmósfera que envuelve la Tierra cumple funciones esenciales para el mantenimiento de la vida:

  • Aloja la capa de ozono que filtra la dañina radiación ultravioleta (UV) proveniente del sol.
  • Participa en la regulación del clima, tanto por el movimiento de las masas de aire frío y caliente sobre los océanos y masas continentales como por su efecto en las corrientes oceánicas y en el transporte del vapor de agua que después se vierte en forma de precipitación en los continentes.
  • Actúa como reservorio de algunos elementos químicos vitales para los seres vivos, como carbono y el nitrógeno.

Contaminación atmosférica

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Las actividades humanas que se realizan en las zonas urbanas liberan una enorme cantidad de sustancias a la atmósfera que pueden permanecer suspendidas unos pocos días, como es el caso de las partículas y del carbono negro, décadas, como los clorofluorocarbonos, o incluso siglos, tal como ocurre con algunos gases de efecto invernadero, por ejemplo, el bióxido de carbono.

Aunque algunos contaminantes pueden degradarse en la atmósfera, deponerse en tierra o en los océanos, o integrarse en los ciclos biogeoquímicos, sus emisiones crecientes han sido la causa de algunos de los problemas ambientales más importantes que enfrentamos en la actualidad. La degradación de la capa de ozono estratosférico, el cambio climático y el deterioro de la calidad del aire en las zonas urbanas son, sin duda, las más importantes.

Calidad del Aire

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El volumen y características de los contaminantes emitidos, tanto local como regionalmente a la atmósfera, determinan en buena medida la calidad del aire en una zona particular. Las características climáticas y geográficas también influyen en las condiciones del aire a las que están expuestas las poblaciones. Por ejemplo, en la Zona Metropolitana del Valle de México las concentraciones de ozono suelen ser más altas entre febrero y junio cuando los días se alargan, la intensidad de la radiación solar aumenta y la falta de nubosidad y viento favorece la estabilidad de la atmósfera baja. De hecho, a este periodo del año se le suele denominar “temporada de ozono”.

Medir para saber, saber para actuar

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Los impactos ambientales, sociales y económicos de la contaminación atmosférica hacen necesario conocer no solo las concentraciones de los principales contaminantes en el aire, sino también las fuentes de origen y los volúmenes de las emisiones. Todo ello permite diseñar y poner en práctica acciones para reducir la presencia de los contaminantes en la atmósfera y sus impactos sobre la salud de la población y los ecosistemas.

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A fin de poner a disposición de la sociedad, datos en tiempo real del monitoreo de la calidad del aire generado en más de 100 estaciones de todo el país, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático opera y da mantenimiento al Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA).

El sitio se encuentra alojado en la página http://sinaica.inecc.gob.mx/. Los datos históricos validados son útiles para generar indicadores sobre la calidad del aire y medir el cumplimiento de los límites de concentración establecidos en las normas oficiales mexicanas de calidad del aire.

La oportunidad de esta información permite a los gobiernos locales declarar protocolos de actuación ante concentraciones de contaminantes cuando estas representen un riesgo para la salud o el medio ambiente y evaluar los resultados de las estrategias de gestión de la calidad del aire.

Desde 2003, cada segundo viernes de agosto celebramos el Día Interamericano de la Calidad del Aire como una forma de crear conciencia sobre el alto nivel de emisiones contaminantes a las que estamos expuestos y sobre la necesidad de apoyar medidas que reduzcan o sustituyan la quema de combustibles fósiles y las que mejoren las actividades vinculadas al manejo de productos químicos.