Se calcula que el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta por los océanos, el hábitat más productivo, que abarcan el 75% de todas las especies conocidas. Este entorno único, que sigue estando mayormente inexplorado y oculto para el mundo, desempeña un importante papel en la regulación de las temperaturas a escala mundial y es el principal productor de oxígeno.

Los arrecifes de coral, que ocupan únicamente alrededor del 0,5% del fondo marino, son complejas estructuras tridimensionales formadas a lo largo de miles de años como resultado de la acumulación de esqueletos de carbonato de calcio de las especies de coral que contribuyen a la formación de arrecifes.

¿Cómo impacta el cambio climático a los arrecifes?

Los estudios sobre los arrecifes de coral son bastante recientes en comparación con otras disciplinas y se remontan a tan solo unos 50 años atrás, pero, incluso en un espacio tan corto de tiempo, se ha observado un deterioro significativo en el estado de los arrecifes de coral de todo el mundo.

Debido al cambio climático, la acidificación del océano, o el incremento de los niveles de bióxido de carbono (CO2) que conlleva un descenso del pH del agua de mar, no solo reduce la abundancia de fitoplancton, sino que también disminuye la calcificación en ciertos animales marinos, como corales, moluscos y crustáceos, lo que provoca que sus esqueletos se vuelvan más débiles y dificulta su crecimiento.

En la actualidad, científicos expertos en arrecifes de coral de todo el mundo coinciden en que el medio marino en general y los arrecifes de coral en particular se están viendo afectados negativamente por el cambio climático. La mayoría de los científicos creen que la velocidad de cambio de las condiciones climáticas es potencialmente superior a la capacidad que tienen los arrecifes de coral para adaptarse y recuperarse

Fuente: Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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