Entre la extraordinaria fauna mexicana existe una asombrosa especie, el ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum). De rara apariencia física, es poseedora de facultades extraordinarias que aun para la ciencia representan misterios: alcanza la madurez sexual sin cambiar su forma larvaria y posee la excepcional capacidad de regenerar miembros perdidos, e incluso ¡parte del cerebro!... y del ¡corazón!

El ajolote originario y endémico de los lagos del Valle de México y que sobrevive en el lago de Xochimilco, fue llamado por los antiguos mexicanos axolotl (del náhuatl, “monstruo de agua”) y conserva características milenarias de las salamandras, pero es más cercano a ranas y sapos.

Sin embargo, parece haber olvidado su aptitud de desplazarse por tierra, pues aunque posee cuatro patas que le permiten caminar, además de una cola que conserva tras la metamorfosis, solo sube a la superficie del lago para respirar y en seguida se sumerge.

De color negro o marrón moteado, albino o blanco, el ajolote mexicano conserva su aleta dorsal de renacuajo que se extiende casi por todo su cuerpo que mide de 15 y hasta 30 centímetros de longitud, y sus branquias externas en forma de plumas sobresalen de la parte trasera de su ancha cabeza.

Nuestra singular salamandra se alimenta de moluscos, gusanos, larvas, crustáceos y uno que otro pez, pero no ha podido librarse de las garzas que la engullen y menos aún de su principal predador, el humano, que además ha introducido al lago de Xochimilco y sus canales grandes peces que amenazan su sobrevivencia.

Desde antes de la Colonia hasta la actualidad, Ambystoma mexicanum ha sido alimento muy apreciado por su sabor y propiedades nutritivas, lo mismo preparado en tamales que en sopas y guisados, que aprovechado en la medicina tradicional en fórmulas de jarabe, pomada o infusiones, contra padecimientos respiratorios.

Tantas virtudes propiciaron que esta singular criatura fuera llevada al peligro de extinción, pues la mayoría de los citadinos ignora que es necesaria la repoblación del ajolote mexicano, lo mismo que frenar la degradación de su hábitat lacustre.

Se le sigue capturando por tradición, e incluso los acuarios comerciales los ofrecen clandestinamente como especie “rara”, a sabiendas de que la NOM-059-2010-SEMARNAT, le confiere protección especial al listarla como especie amenazada.

Entre los esfuerzos emprendidos para rescatar al ajolote destaca el Plan de Rescate Ecológico de Xochimilco, iniciado en 1989, del que es parte el proyecto “Conservación del ajolote (Ambystoma mexicanum) mediante su cultivo y siembra en el Parque Ecológico de Xochimilco”, auspiciado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), y desarrollado por el Patronato del Parque Ecológico de Xochimilco, A.C., que busca preservar y hacer una explotación racional de la especie.

Las extraordinarias virtudes del ajolote mexicano han propiciado que a este anfibio  exclusivo de México se le encuentre en acuarios y laboratorios de todo el mundo, y que se hayan realizado miles de estudios en importantes campos de la ciencia: la biología celular, anatomía, genética y evolución, entre otras, según reporta la CONABIO.

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