Hace ya 50 años, el 15 de diciembre de 1972, mediante su resolución 2997/24 la Asamblea General de Naciones Unidas declaró la creación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), como el organismo que coordina sus actividades ambientales, con el propósito de ayudar a los países en desarrollo a aplicar políticas y prácticas ecológicamente racionales.

Creado para ser la conciencia ambiental de la ONU y del mundo, a medio siglo de distancia, Inger Andersen, su directora, considera que “la fuerza y el mandato del PNUMA radica en ser la única institución en el mundo que puede proporcionar un panorama de 10,000 metros del rompecabezas de 1,000 piezas”.

Luego de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente en Estocolmo, Suecia, realizada en 1972, el organismo internacional fundó su brazo ambiental, orientado a favorecer una mayor participación de los países económicamente subdesarrollados en la problemática ambiental, y con ese objetivo asentó su sede en la ciudad de Nairobi, Kenia, para favorecer una mayor participación a esas naciones, ya que sus condiciones económicas, sociales, tecnológicas, e incluso políticas, les impiden enfrentar solos la problemática ambiental.

El PNUMA se convirtió asimismo en un foro para crear consenso y llegar a acuerdos internacionales con la participación de las empresas, la industria, la comunidad científica y académica, las organizaciones no gubernamentales y los grupos de la sociedad civil.

Crear conciencia mundial sobre los asuntos ambientales es otro de sus objetivos centrales, a través de investigaciones y síntesis de información regional y mundial relativa al tema, la cual además ha sido útil para conducir negociaciones internacionales orientadas a elaborar distintas convenciones sobre el medio ambiente.

Desde su fundación, este organismo se ha distinguido por estar ligado a la sociedad civil ya que la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano, que le dio origen, se nutrió del entusiasmo, la dedicación y el compromiso de la sociedad civil, por lo que distintos acuerdos medioambientales multilaterales como el Convenio de Basilea, el Protocolo de Montreal y las convenciones sobre la Biodiversidad y el Cambio Climático, entre otros, fueron desarrollados gracias a los esfuerzos de la sociedad civil.

En ese sentido, según su portal, el PNUMA reconoce la importancia de involucrar a los grupos principales y actores relevantes como socios, y “aprecia las perspectivas que aportan, así como la valiosa investigación y promoción que llevan a cabo y su labor para fomentar el apoyo amplio y a largo plazo a la misión del PNUMA”.

El enfoque de grupos principales se definió en la Agenda 21, después de la Cumbre de la Tierra en 1992, cuando el PNUMA adoptó el plan de acción de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible. Resaltó el espíritu del Principio 10 de la Declaración de Río 1992, Río+20 y reconoció que el desarrollo sostenible requiere un significativo compromiso y activa participación de los nueve Grupos Principales.

Subrayó que: "La amplia participación del público y el acceso a la información y a los procedimientos judiciales y administrativos son esenciales para la promoción del desarrollo sostenible".

Desde 2000, el PNUMA organiza todos los años un Foro Mundial de la Sociedad Civil —ahora llamado Foro Global de Grupos Principales y Actores Relevantes—, junto con la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente del PNUMA, que es el punto de entrada para la participación de los grupos principales a nivel gubernamental.

Con el fin de mejorar la calidad del compromiso con ellos, se creó en 2006 el Comité de Dirección Global. Esto posibilitó una mejor apropiación del proceso por parte de las organizaciones de la sociedad civil y un mayor equilibrio de los grupos principales al tener en cuenta sus prioridades específicas.

La Conferencia de Río+20 motivó a los grupos principales y actores relevantes del PNUMA a fomentar una mayor participación de la sociedad y una mayor transparencia dentro del marco de trabajo del PNUMA. Además de la participación de los grupos principales y actores relevantes en el diseño de políticas, el PNUMA también organizó eventos en colaboración con los grupos principales con el fin de potenciar el intercambio entre el ámbito intergubernamental y la sociedad civil.

Es importante destacar que el propio PNUMA está llamado a “garantizar la participación activa de todos los actores basándose en las mejores prácticas y modelos de las instituciones multilaterales más relevantes, y explorar nuevos mecanismos para promover la transparencia y la participación efectiva de la sociedad civil”, de acuerdo con el principio 88h de la Declaración de Río.

También es relevante conocer el Principio 10 de la Declaración de Río, la cual afirma que:

“El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la información sobre los materiales y las actividades que encierran peligro en sus comunidades, así como la oportunidad de participar en los procesos de adopción de decisiones”.

Precisa que: “Los Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la participación de la población poniendo la información a disposición de todos. Deberá proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre éstos el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes”.

 

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