El 23 de noviembre de 1935, estalló en Brasil una revuelta dirigida por el Presidente del Partido Comunista Brasileño, Luis Carlos Prestes, apoyado por una fracción de las fuerzas militares del país y la Internacional Comunista, en un contexto de bloques ideológicos mundiales. Con la Revolución Rusa de 1917 y el final de la Primera Guerra Mundial, en 1919, el mundo se dividió en dos grandes polos opuestos, el Capitalista y el Comunista, cada uno compitiendo por influir e instaurar su ideología en las distintas naciones del globo.

La historia brasileña ha sido marcada por la explotación de sus recursos naturales, el colonialismo, la esclavitud y las desigualdades sociales que han generado diversos levantamientos armados al paso del tiempo. La tradición oligárquica del sistema de gobierno y las fuertes represiones hacia las protestas, dieron cabida a la adopción, por parte de un grupo, del pensamiento comunista de la época. Después de la década de 1920, la constante agitación política, la necesidad de democracia, la ejecución de reformas sociales y la petición de mejores condiciones de vida y trabajo provocaron rebeliones militares de las cuales se originó la Columna Prestes, un movimiento que alcanzó simpatía en la mayoría de las guarniciones militares del país y el levantamiento de las masas populares y la caída del gobierno de Washington Luis Pereira de Sousa.

Durante el gobierno de Getúlio Vargas, en 1930, se presentaron acontecimientos que volvieron a desestabilizar al país, se reactivaron las protestas y levantamientos armados que dieron cabida a la rebelión del 23 de noviembre de 1935. En la nota del periódico El Universal del lunes 25 de noviembre de 1935, se informó del estallido del movimiento revolucionario en Brasil y la toma de la ciudad de Natal por parte de los comunistas, derrocando al gobierno de la Provincia de Río Grande del Norte.

Durante el gobierno de Getúlio Vargas, en 1930, se presentaron acontecimientos que volvieron a desestabilizar al país, se reactivaron las protestas y levantamientos armados que dieron cabida a la rebelión del 23 de noviembre de 1935. En la nota del periódico El Universal del lunes 25 de noviembre de 1935, se informó del estallido del movimiento revolucionario en Brasil y la toma de la ciudad de Natal por parte de los comunistas, derrocando al gobierno de la Provincia de Río Grande del Norte.

Sin embargo, la rebelión no tuvo la trascendencia que se pretendía, puesto que se pensaba que el levantamiento militar y el prestigio de Prestes provocaría una insurrección popular masiva que llevaría al éxito del movimiento, pero algunas fuerzas militares desistieron, lo que provocó que el impacto de la revuelta en última instancia no fuera el esperado. De esta manera, para el 27 de noviembre del mismo año, el movimiento de insurrección fue sofocado.

Los Guardacostas

Durante la gestión del General Plutarco Elías Calles, como Secretario de Guerra y Marina, el gobierno mexicano aprobó un programa de construcción de buques en astilleros españoles, con la finalidad de incrementar el poder naval de la nación, de 1931 a 1933. Tal programa comprendía la construcción de dos Transportes: Durango y Zacatecas (este último no fue entregado a consecuencia de la guerra civil española); tres Cañoneros: Guanajuato, Querétaro y Potosí; y por último, diez Guardacostas: G-20, G-21, G-22, G-23, G-24, G-25, G-26, G-27, G-28 y G-29.

Las características que presentaban estos últimos, eran las siguientes:

  • Desplazamiento: 170 toneladas a plena carga.
  • Dimensiones: eslora 45.00 metros, manga 5 metros; calado medio 1.8 y puntal 3.00 metros.
  • Velocidad: 25 nudos.
  • Propulsión: Dos motores alemanes diesel MAN de 1500 BHP.
  • Armamento: Dos piezas de 25 mm, una en proa y otra en popa.

 

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