Al celebrarse este 11 de julio el día Mundial de la Población, que promueve anualmente la Organización de las Naciones Unidas, se propone en esta ocasión hacer conciencia sobre las consecuencias del embarazo en las adolescentes. 

En México la Secretaría de Gobernación, a través del Consejo Nacional de Población (CONAPO), se suma a la iniciativa internacional de este 2013, ya que la tercera parte de las mujeres mexicanas en edad fértil son jóvenes y adolescentes; es decir, tienen entre 15 y 24 años de edad.  

Asimismo, de acuerdo a proyecciones no se vislumbran cambios sustanciales en el predominio que mantiene este grupo de edad en el conjunto de mujeres del país. Destaca también que la tasa de fecundidad proyectada entre 2013 y 2030, indica que las adolescentes mexicanas entre 15 y 19 años, experimentarán una reducción muy poco significativa en este indicador y participarán con el 16 por ciento de los nacimientos que se registrarán en México en ese periodo. 

Para el CONAPO, empoderar a las adolescentes y las mujeres jóvenes implica avanzar en una educación integral sobre su salud sexual y reproductiva, de manera que puedan postergar los nacimientos más allá de la adolescencia y que accedan a métodos anticonceptivos.  

Los datos disponibles revelan que cuatro de cada diez adolescentes embarazadas aseguraron que no habían planeado o deseado el embarazo, a pesar de que 97 por ciento de este grupo dijo conocer al menos un método anticonceptivo y 61.5 por ciento de ellas no se protegió en su primera relación sexual. 

Las diferencias regionales en lo relativo a la tasa global de fecundidad que persisten en las distintas entidades del país, también representan desafíos importantes, ya que estados como Chiapas, Guerrero y Oaxaca presentan las tasas más altas en la actualidad; mientras que Michoacán, Chihuahua y Yucatán tendrán las más altas a nivel nacional en 2030. 

Esta información muestra la necesidad de seguir trabajando en el tema,  ya que los valores obtenidos en la tasa global de fecundidad y en la tasa de fecundidad adolescente, ya que además de la desigualdad regional que persiste en México, hay agravantes debido a usos y costumbres y a presiones sociales que limitan el derecho a decidir el uso de medios de anticoncepción y fomentan conductas de riesgo aún entre quienes tienen acceso a información.  

Los retos para México en materia de fecundidad, particularmente adolescente, apuntan principalmente a normar el derecho a la salud sexual y reproductiva de los adolescentes; a considerar estratégicos la difusión y el uso de los métodos anticonceptivos; asegurar el suministro de materiales destinados a ello; a garantizar que la planificación familiar y anticoncepción, la salud sexual y reproductiva para adolescentes sean obligatorios, eficientes y oportunos; y a que un enfoque de sus derechos sexuales y reproductivos formen parte la currícula educativa.

Boletín No.181 /13