En primer lugar, saludo con aprecio y reconocimiento a las y los sobrevivientes, a los familiares de las víctimas, a las autoridades que acompañan a las familias de Acteal, dándoles la bienvenida a la Ciudad de México en la Secretaría de Gobernación, y agradeciendo el esfuerzo que han realizado para estar presentes el día de hoy, en este acto de reconocimiento de las responsabilidades del Estado mexicano respecto a la lamentable tragedia que se vivió en la comunidad de Acteal.

 

Aprecio la presencia de sus representantes en esta mesa, de Fernando Luna Pérez, de Roselia Pérez Luna, de Vicente Luna Ruíz, y por supuesto de su vocero ante esta secretaría que fue el licenciado Patrocinio, su representante en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

 

Y es un gusto compartir este evento con la señora subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la maestra Martha Delgado; con el secretario general del gobierno del estado de Chiapas, Ismael Brito; con Aarón Mastache, de la Unidad de Protección y Defensa de Derechos Humanos de Gobernación; y contar con la presencia de la señora presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, de la señora presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de la Ciudad de México; el señor embajador de Canadá en nuestro país; el representante de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas en Defensa de Derechos Humanos, y de todas y todos aquí presentes compartimos la causa de la defensa, protección y garantía derechos humanos de todas las personas en nuestro país.

 

Como aquí se ha rememorado, el 22 de diciembre de 1997, en la comunidad de Acteal, municipio de Chenalhó, estado de Chiapas, fueron ejecutados 45 indígenas tzotziles entre los cuales se encontraban, cuatro mujeres embarazadas y 18 menores de edad. En esos actos de violencia resultaron heridas además 26 personas en un acto cometido, presuntamente, por grupos paramilitares que habían actuado con la tolerancia del Estado y de sus autoridades.

 

A partir de entonces las personas sobrevivientes y familiares de los fallecidos, han demandado justicia y reconocimiento de la responsabilidad del Estado Mexicano sobre estos hechos.

 

Ante la falta de respuesta de las autoridades responsables de procurar e impartir justicia en nuestro país, las víctimas y sus familiares solicitaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el 2006, responsabilizar al Estado Mexicano por la masacre ocurrida.

 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoció en su Informe de Admisibilidad en 2010 a 45 víctimas fallecidas y 26 víctimas sobrevivientes.

 

Por ello, desde el inicio de esta administración federal y con el acompañamiento permanente del gobierno del estado de Chiapas, se establecieron pláticas de un grupo de familiares víctimas de esta tragedia.

 

Hoy culmina este proceso de diálogo con la firma de este acuerdo de solución amistosa entre las víctimas, familiares de las víctimas fallecidas y el Estado Mexicano, donde se manifiesta la suma de voluntades para aceptar el reconocimiento de responsabilidad del Estado Mexicano de los graves acontecimientos ahí sucedidos y la aceptación de medidas de reparación integral, tanto de forma individual a los familiares directamente afectados, así como acciones de carácter colectivo destinados a la reconstrucción social de la comunidad.

 

Este acuerdo de solución amistosa incluye a 18 víctimas fallecidas y a 12 víctimas sobrevivientes, respetando y dejando a salvo los derechos de otro grupo de víctimas que han asumido otras vías diferentes a este acuerdo, por lo que quiero reiterar que el actual Gobierno de México ha manifestado su profundo respeto para aquellas víctimas que han decidido esperar a que se dicte el informe de fondo por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y reitero que nuestro propósito en todos estos casos es sumar a la unidad y al reencuentro de la comunidad de Acteal para defender el camino de la paz y del progreso.

 

El día de hoy celebramos un acto de justicia en el que, a nombre del Estado Mexicano, asumimos la responsabilidad de los lamentables hechos ocurrido contra la comunidad de Acteal el 22 de diciembre de 1997.

Estamos en este acto para ofrecer una disculpa pública a las víctimas, a los familiares, a la comunidad de Acteal y al pueblo Tzotzil por este profundo agravio.

Lo hacemos con convicción y sin condiciones; lo hacemos porque las omisiones y negligencias del Estado Mexicano arrancó la esperanza a 45 personas indígenas tzotziles y a sus familias.

Asumo, a nombre del Estado Mexicano, el reconocimiento de la responsabilidad del Estado por la violación de derechos humanos fundamentales y ofrezco una disculpa pública a la comunidad de Acteal por los hechos de violencia que dieron lugar a esta masacre.

Asumo la responsabilidad del Estado y ofrezco una disculpa por este suceso doloso e indolente, expresión de un Estado anquilosado y ajeno a los derechos e intereses de la comunidad que pretendió ocultar esta tragedia alternado incluso la escena del crimen para criminalizar a las propias víctimas.

Asumo la responsabilidad del Estado en reconocer la verdad de los hechos, en atender la demanda de procuración de justicia, de reparar integralmente a las víctimas y generar las condiciones para la reconciliación y la paz en esta importante región del país.

Asumimos este acto de reconocimiento de responsabilidad del Estado como punto de partida para que, junto con toda la comunidad de Acteal y las comunidades indígenas de Chiapas, avancemos en la reconstrucción del tejido social y el abatimiento de la desigualdad en esa entidad.

Por ello, hacemos un llamado a todas las víctimas de Acteal, a todas las comunidades Chenalhó y en general a todas las comunidades indígenas del estado de Chiapas para avanzar en este reencuentro.

Reconocemos su lucha, así como la lucha de miles de víctimas en todo el país y quienes tienen la labor de defenderlas, como un esfuerzo colectivo para transformar a este país.

Reciban del Estado Mexicano nuestra solidaridad con sus causas y nuestro compromiso para cumplir, no solo con el acuerdo hoy suscrito, sino con las responsabilidades que son inherentes a nuestro desempeño en la función pública. Asumimos este reto como un imperativo categórico.

Agradezco a los representantes de las víctimas, al gobierno del estado de Chiapas, a la Secretaría de Relaciones Exteriores y en particular a la Subsecretaría de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la cancillería, el apoyo que nos han brindado para concretar este Acuerdo de Solución Amistosa.

Reconocemos el acompañamiento y la labor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de todas y todos quienes se esmeran por proteger los bienes más preciados: la vida y la dignidad de las personas.

Agradecemos su contribución a este esfuerzo, a la construcción del acuerdo de entendimiento con el que el Estado Mexicano, a casi 23 años de esta masacre, debe avanzar para atender la deuda que tiene con los pueblos originarios de Chiapas y de México.

Nunca más otro Acteal, queremos un México en paz donde podamos todos vivir dignamente y tener la oportunidad de prosperar.

Muchas gracias a todas y todos ustedes.