Muy buenas tardes a todas, a todos, bienvenidos a la Secretaría de Gobernación.

Saludo al presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Gracias por su presencia de las presidentas de la Comisión de Igualdad de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores.

Particularmente si me permiten, agradecer mucho la presencia de Diva, quien pasa por un momento difícil, que sepas que tus amigas, tus amigos somos solidarios y te queremos mucho. Diva, todo nuestro apoyo.

Referirme a Lorena Cruz, que desde la instrucción del Presidente, y ustedes la conoce con gran fuerza ha impulsado que podamos estar ya, el día de hoy, echando para adelante este Protocolo.

Saludar al señor Subsecretario. Gracias por todo el respaldo, no ha sido una tarea fácil, hacer este Protocolo ha sido complejo, pero gracias a la Función Pública, particularmente a usted.

Ana, nuevamente gracias.

Saludo también a las titulares de CONAVIM,  de CONAPRED.

Agradezco mucho la presencia de los oficiales mayores, eso habla del compromiso, de la Presidencia de la República, de Relaciones Exteriores, de Educación Pública, de Desarrollo Territorial y Urbano, de Energía, de la Función Pública, y por supuesto de Gobernación. Gracias a todas y a todos por estar aquí.

Es un honor que esté la Ministra en retiro, la doctora Olga Sánchez Cordero, muchas gracias doctora.

A los titulares de los órganos internos de control.

A las instancias estatales de las mujeres.

A las titulares de las unidades de Igualdad de Género de la administración pública federal.

A representantes de organizaciones de la sociedad civil.

Representantes de instituciones académicas.

A servidoras y servidores públicos de la administración pública federal.

A todas y a todos, de verdad, muchas gracias por su presencia y acompañamiento.

Garantizar que cada niña y mujer se desarrolle libre y plenamente, es condición para garantizar nuestro desarrollo como nación.

Por eso, como lo he dicho antes, y no me cansaré de repetir, la lucha por la igualdad y la no violencia de género, es una lucha que debe convocar al Estado Mexicano en su conjunto: al gobierno, a la sociedad, a las empresas, a los medios de comunicación, y por supuesto, a todas las familias.

Se trata de una causa tanto de hombres como de mujeres; una causa que además, requiere trabajar todos los días y desde todas las trincheras.

Porque cuando la igualdad de género y la vida libre de violencia son realidad, no solo ganan las mujeres, ganamos todos, todos como sociedad.

Por eso, el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto ha implementado, como nunca antes, programas y acciones para acelerar el avance hacia la igualdad en los hechos.

Muestra de lo anterior, es la cantidad de miles de millones de pesos que se ha invertido para el empoderamiento de las mexicanas, y por supuesto digo invertido, porque los recursos que se destinan a ampliar las oportunidades de niñas y mujeres, de ninguna manera deben verse como un gasto, sino como una inversión.

Es así que hoy, por ejemplo, se ha respaldado a más de 6.2 millones de hogares con el seguro de jefas de familia.

Se está dando apoyo a las emprendedoras a través de Programas como el de Mujeres PYME o los de apoyo a la mujer rural, y se ha logrado que 7 de cada 10 créditos que otorga el INFONAVIT sean para mujeres.

Pero no basta, no basta con políticas públicas. La tarea de garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia exige una profunda transformación social, exige pues, un cambio de mentalidad.

No podemos justificar prácticas de discriminación y violencia como parte de una cultura meramente machista.

Por el contrario, las actitudes que el machismo genera son algo con lo que tenemos ya que acabar.

Por eso colaboramos con la sociedad civil, con medios de comunicación, y por supuesto con organismos internacionales, para promover una nueva dinámica en las relaciones de género, y para poner punto final al acoso que aún padecen muchas mujeres, muchas desgraciadamente, desafortunadamente en todo nuestro país.

Y en esta materia, como en todas las demás, debemos navegar con el ejemplo, porque la tarea de gobierno comienza, precisamente en nuestras propias oficinas y espacios donde se diseñan e impulsan las políticas públicas.

Por eso, y ayer lo platicaba con una mujer muy destacada de la sociedad, me decía, y conoce muchas de las políticas públicas que se han implementado para la igualdad, pero decía qué bueno que iniciáramos en casa, en las oficinas donde estamos haciendo este tipo de protocolos.

Por eso, y como lo ha instruido el Presidente de la República, nos tomamos muy en serio la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres en el Gobierno Federal.

Y por eso también, en ésta, la Secretaría de Gobernación, hemos hecho un gran esfuerzo para transformar la cultura organizacional.

De ahí que se haya instruido a la CONAVIM a trabajar intensamente, con responsabilidad y compromiso, para que en nuestra casa se sienta la igualdad, y sobre todo, para que las mujeres sientan el apoyo y la libertad de forjar el proyecto de vida que deseen.

Por eso, trabajamos duro por abrirles espacios y generarles oportunidades que las empoderen.

Consolidando una red de enlaces de género que se extiende a todas y cada una de las oficinas de esta Secretaría.

Incorporando, año con año, la perspectiva de Género en el Código de Ética.

Implementando la licencia de paternidad para fortalecer los vínculos familiares del personal de la Secretaría y para contribuir a terminar, de una vez por todas, con la imagen del padre ausente.

Emitiendo lineamientos para que las campañas de comunicación social del Gobierno de la República, tengan perspectiva de género.

Capacitando a más de 10 mil funcionarios públicos, de todas las dependencias, para que asuman a plenitud el compromiso con la igualdad de género.

Y por supuesto, ahora, con la presentación y puesta en marcha de este Protocolo, que hace unas semanas instruyó el Presidente de la República, estamos dando un paso fundamental.

Como ya se ha explicado, se trata de una herramienta para enfrentar actos que atenten contra la integridad física o psicológica de las personas que laboran en la administración pública federal.

Una herramienta que establece un marco de referencia para identificar conductas y prácticas de hostigamiento, que pueden incluso haberse normalizado, pero que tienen que desaparecer del ámbito laboral.

Y muy importante, que servirá para orientar y acompañar a las víctimas mediante procedimientos de atención y sanción, que aseguren el respeto a la dignidad y a la integridad personal.

Y les adelanto que vamos a ir más allá, con la construcción de un mecanismo integral para atender de manera transversal esta problemática.

El objetivo principal, es garantizar a toda persona una vida libre de violencia en el servicio público y la forma de lograrlo es con una visión de cero tolerancia al hostigamiento y al acoso sexual.

Que nadie se confunda: la forma de vestirse, de arreglarse o de ser de una mujer, no significa permiso para acosarla, sino significa derecho y libertad de ellas.

Ni silencio ni impunidad ante la violencia laboral.

Hoy están reunidos integrantes de las Oficialías Mayores, de los Órganos Internos de Control y de las Unidades de Igualdad de Género, y eso es muy importante, porque son ustedes las y los primeros responsables de llevar este esfuerzo más allá del papel.

Son ustedes las y los encargados de aplicar este protocolo y darle seguimiento continuo para lograr un clima laboral libre de violencia en sus dependencias e instituciones.

El compromiso que debemos asumir, es impulsar y practicar la cero tolerancia contra el hostigamiento y el acoso.

Les pido, sobre todo a los varones, que nos convirtamos en defensores incansables de los derechos de las mujeres.

No olvidemos que la igualdad de género se construye también desde el lugar donde se trabaja, y que el trabajo es nuestro segundo hogar.

Hagamos de él, un espacio de igualdad y respeto entre compañeras y compañeros.

Sigamos contribuyendo con nuestro quehacer diario a construir una sociedad donde los derechos no solo se pronuncien, sino se vivan y se ejerzan a cabalidad, lo mismo para mujeres y para hombres.

Hoy, con la puesta en marcha de este Protocolo, entonces con el ejemplo, podremos seguir en las calles, en las colonias, en las comunidades, trabajando por la igualdad, por alejarnos, por acabar contra la violencia contra las niñas y mujeres de este nuestro querido país.

Discurso