Muy buenas tardes a todas, a todos.
 
Muchísimas gracias por su presencia en este muy importante evento de premiación, evento que hasta el 2011 se había venido realizando y por diferentes circunstancias ya no se había logrado esta premiación que hoy retomamos, y retomamos dándole el interés que tenemos que darle a este gran importante tema para el desarrollo del país.
 
Por ello, permítanme iniciar agradeciéndole mucho a la licenciada Helena Tanuz el que nos permitan hacerlo en este emblemático, histórico lugar de la Ciudad de México, de todo nuestro país, es un gran honor estar aquí, muchas gracias por permitirlo.
 
Saludo al doctor Tonatiuh Guillén López.
 
A la doctora Silvia Mejía Arango. Muchas felicidades a usted, al departamento, al Colegio.
 
A la licenciada Patricia Chemor.
 
A la maestra Gabriela Rodríguez Ramírez.
 
Y al doctor Manuel Ordorica Mellado.
 
A académicos, funcionarios públicos, y por supuesto a miembros de la sociedad civil.
 
Y muy en lo particular a quienes han recibido este reconocimiento, este premio, al doctor Manuel Ordorica y al doctor Roberto Ham, gracias por acompañarnos, a ambos, muchas gracias por estar aquí.
 
Es un gusto estar con todas y todos ustedes el día de hoy en representación del Presidente de la República, el licenciado Enrique Peña Nieto.
 
Además de haber tenido el gran honor de entregar el Premio Nacional de Demografía en su representación, me permito hacerles extensivo su saludo y sobre todo, su felicitación.
 
La política de población es un componente que se encuentra prácticamente en todas las acciones y decisiones públicas de cualquier país, porque de manera directa o indirecta, cada estrategia o programa que ponemos en marcha, incide en la estructura y dinámica de la población.
 
Cuando se legisla para adecuar la ley a las nuevas estructuras familiares de nuestros tiempos, o se toman decisiones con enfoque de género, se está haciendo política de población.
 
Cuando se pone en marcha un programa para erradicar la pobreza, atendiendo las necesidades más inmediatas como el hambre, pero sentando a la vez cimientos firmes para el desarrollo de largo plazo, se está haciendo política de población.
 
O cuando se construye un hospital, para que los habitantes de una comunidad puedan acceder a servicios de salud de calidad y tecnologías de punta que les permitan prevenir y superar enfermedades, también se está haciendo política de población.
 
Por ello, el cómo vincular las distintas acciones gubernamentales, a través de una política de Estado, es el fin y es el objetivo.
 
Una política con objetivos nacionales y de largo plazo, tales como mejorar la calidad de vida, reducir las brechas de desigualdad y garantizar el respeto irrestricto a los derechos humanos.
 
De eso se trata el Premio que entregamos hoy, de reconocer a personas e instituciones que diseñan o implementan respuestas transversales a fenómenos cada vez más complejos.
 
Y en ese sentido, le pido nuevamente al Presidente del Colegio de la Frontera Norte, Tonatiuh Guillén, haga extensiva la felicitación del Presidente de la República, de todas y de todos nosotros, a quienes integran el Departamento de Estudios de Población. Muchas, muchas felicidades.
 
Como ya lo ha señalado él mismo, el profesionalismo de los científicos de esta institución, han sido clave para desarrollar herramientas que nos están permitiendo enfrentar retos como la migración desde distintas ópticas.
 
Es con su rigor y dedicación, y de muchos otros, que estamos dando a los desafíos de nuestros tiempos, respuestas de presente y de futuro.
 
Porque la suma de capacidades entre sociedad y gobierno, es la que ofrece respuestas conjuntas a retos compartidos.
 
Es esta relación de corresponsabilidad lo que nos permite y ayuda a transformar los desafíos en oportunidades.
 
Y por ello, permítanme poner un solo ejemplo.
 
Hace 41 años, cuando se creó el Consejo Nacional de Población, hubo un intenso debate en el que participaron académicos, funcionarios y demógrafos.
 
El gran reto, en ese momento, era reducir la tasa de fecundidad en nuestro país, que crecía aceleradamente, muy, muy rápido.
 
Y fue gracias a un análisis conjunto y exhaustivo, que México pudo establecer medidas para pasar de 6.3 hijos por mujer, a la tasa actual de 2.2.

Se trató de una política, que además nos colocó como punto de referencia en el plano internacional, y gracias a ella, pudimos avanzar en otras metas como la alfabetización; la cobertura en salud; o el desarrollo social igualitario.
 
Es decir, una planificación poblacional adecuada permitió que el Estado tuviera la capacidad para avanzar con eficacia en objetivos cada vez mayores.
 
Por eso, la instrucción del Presidente Enrique Peña Nieto hace tres años, fue recuperar la relevancia que tiene la política de población para el país. Volver a analizar, a innovar y ser referentes de talla mundial.
 
Haciendo de la planeación la base fundamental para tomar decisiones efectivas y de esa manera, proyectar mejores horizontes de desarrollo.
 
Así lo hemos hecho, a partir de un diagnóstico amplio y altamente participativo. Comprendiendo nuestros retos, y orientando las capacidades del Estado para brindar soluciones integrales.
 
Hoy sabemos que el principal desafío ya no es la contención poblacional. Los fenómenos son más complejos y por tal, más diversos.
 
Tienen que ver con movilidad, con el envejecimiento de la gente y una mayor esperanza de vida, o con las altas tasas de embarazo adolescente.
 
Cada uno, insisto, repercutiendo en diversas áreas, desde la salud o la educación hasta el empleo o el medio ambiente.
 
Ha sido entendiendo, por ejemplo, que tenemos ciudades con millones de habitantes que tenemos que atender, pero a la vez, más de 70 mil localidades aisladas, en las que estamos articulando respuestas de infraestructura o desarrollo territorial.
 
Ha sido partiendo de que México ya no es sólo un país de origen, sino también de tránsito y destino de migrantes, como implementamos acciones puntuales para las necesidades de cada una de nuestras frontera.
 
Ha sido comprendiendo que el embarazo adolescente no solo ocurre por falta de prevención, sabemos, hoy lo sabemos, que responde cada vez más a la falta de oportunidades entre jóvenes, y por ello, diseñamos una estrategia más efectiva al respecto.
 
Es decir, avanzamos porque analizamos los orígenes y efectos de cada fenómeno en el largo plazo.
 
Y enfatizo con mucha puntualidad esto último, porque una política de Estado, no se diseña año con año o sexenio a sexenio. Se establece con visión de largo alcance.
 
Por eso, hemos planteado objetivos a 10, 20 o incluso a 40 años, midiendo resultados en el corto plazo pero afinando detalles con visión de futuro.
 
Todo ello, gracias a que trabajamos en conjunto, en equipo. Al interior del Gobierno de la República, desde luego, con las 17 dependencias que integran el Consejo Nacional de Población. También lo hacemos con los distintos órdenes de gobierno y los Poderes.
 
Y con nuestros países vecinos, también tenemos una política que nos permite relacionar y tomar decisiones, porque como región compartimos problemas similares y solo como región podemos remontarlos de manera efectiva.
 
Apenas hace unas semanas, por ejemplo, México tuvo el honor de hospedar a la Segunda Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe, para dar seguimiento a las medidas decididas en el Consenso de Montevideo.
 
Es decir, estamos volviendo a ser referentes internacionales, porque una vez más, tenemos una política de población ordenada, humana e integral.
 
Una que no espera a que los retos lleguen, sino que actúa desde hoy para dejar cimientos sólidos y abrir rutas que potencien nuestro desarrollo como país.
 
Pero lo más importante, es que en cada una de las acciones participan y aportan sus conocimientos la academia y la sociedad civil.
 
Porque así como en la elaboración del Programa Nacional de Población se convocó a instituciones y organismos, en su implementación y evaluación debe de estar siempre, siempre la ciudadanía.
 
Esa es la convicción del Presidente de la República, y la mejor forma de hacerlo latente es reconocer su labor, entrega y vocación frente a esta tarea que nos une, tal y como lo hacemos el día de hoy.
 
En el análisis de las dinámicas de población se encuentran las respuestas a muchos de los retos que enfrentamos como sociedad.
 
Y en su estudio de largo plazo, está el descubrir y aprovechar también las grandes oportunidades de un país plural y joven como el nuestro.
 
Entendiendo que en la suma de nuestros habitantes, está la fortaleza más grande para brindar respuestas específicas a cada individuo.
 
Debemos mantener el compromiso con la comprensión de fenómenos demográficos, y así servir al desarrollo económico, social y humano en nuestro país.
 
Esto permitirá continuar construyendo con visión de Estado, un México digno para los millones de ciudadanos que integramos nuestra gran nación.
 
Y por supuesto, para que el conocimiento sirva a nuestras acciones; y nuestras acciones, a su vez, marquen para bien, el destino de este nuestro gran país.

Discurso