Licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

Presidente de la Cámara de Diputados.

Representante de UNICEF-México.

Saludo a las y los integrantes e invitados del Sistema, en particular, saludo a los representantes de la sociedad civil que hoy se suman.

Gobernadora, Jefe de Gobierno, Gobernadores, a todas y a todos, muy buenas tardes.

El destino de una Nación, como el de toda persona, comienza a escribirse desde sus cimientos, es decir, desde su niñez y adolescencia.

Por eso, el compromiso número uno del Estado Mexicano, es con ellas y ellos.

Porque es ahí donde radica el 33 por ciento de nuestro presente, pero el 100 por ciento de nuestro futuro.

Fue con esa visión que el Presidente de la República impulsó como iniciativa preferente la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que ha dotado a México del marco jurídico más sólido, para su protección en toda nuestra historia.

Ahora, y como usted lo ha instruido señor Presidente, estaremos trabajando con determinación, para que los derechos en la legislación, sean derechos en la vida diaria.

De eso se trata la Estrategia Nacional 25 al 25 y el Programa Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, que hoy se ponen a consideración de este Sistema.

Instrumentos que serán ejes articuladores para seguir trabajando de manera conjunta en favor de los derechos de la niñez y adolescencia de nuestro país.

Se trata de una ruta crítica para articular el quehacer de los tres órdenes de gobierno y de la sociedad a partir del interés superior de la niñez.

Se trata de garantizar que todas y cada una nuestras acciones, reflejen con claridad el derecho de prioridad que la Constitución les otorga.

Trabajando de manera coordinada para reducir las brechas de desigualdad y prevenir la violencia y la discriminación, desde la raíz.

Para que sus oportunidades no estén limitadas por el lugar donde viven, el color de su piel, o la lengua que hablan.

Para que sin distinción, todas y todos puedan disfrutar de sus derechos.

Nos convoca una obligación de ley, pero ante todo una convicción ética.

Porque una nación que pone al centro de sus acciones los derechos y el bienestar de las niñas, niños y adolescentes, es una nación que mira al porvenir, actuando desde el ahora, para construirlo.

De eso se trata el 25 al 25, primera  política nacional para garantizar los derechos que México ha reconocido integralmente a este grupo de población.

Lo anterior a partir de 25 objetivos agrupados en cuatro ejes, cuyas metas deberán cumplirse hacia el año 2025, por los tres órdenes de gobierno, y que a continuación señalo de manera general:

Primero, en materia de supervivencia, nos proponemos garantizar a todos y todas las niñas y adolescentes su derecho a una vida digna.

Y esto implica seguir reduciendo los índices de mortalidad, ampliar el acceso a alimentos nutritivos y a prácticas adecuadas de consumo, así como a servicios de calidad en salud, con énfasis en la primera infancia.

Segundo, es el tema del desarrollo, es preciso ampliar las acciones para disminuir la pobreza, afianzar la igualdad y la no discriminación, garantizarles vivienda digna, y una educación de calidad.

Se trata de que puedan realizarse a plenitud y construir un proyecto de vida propio.

Y esto incluye, por supuesto, generar entornos familiares, institucionales y sociales seguros y saludables.

Tercero, en cuanto a su protección, resulta indispensable continuar los esfuerzos para garantizar su derecho a la identidad y el respeto a su integridad, es decir, a vivir en ambientes libres de violencia, y tener acceso a una justicia efectiva y especializada.

Esto incluye la prevención y erradicación del trabajo infantil, así como todo el respaldo institucional cuando se trata de niñez o adolescencia migrante, acompañada o no acompañada.

Y en ello, destaco que México no solo forma parte,  sino que además es país guía de la Alianza Global para poner fin a la violencia contra la niñez, impulsada por la UNICEF.

Finalmente, el Cuarto eje, en materia de  participación, como sujetos de derechos, debemos seguir alentando que puedan expresarse e involucrarse en los procesos que les afectan.

Porque libertad y democracia, no surgen por generación espontánea, se aprende a ser libre y demócrata después desde la niñez.

La estrategia del 25 al 25 y el Programa Nacional es, en suma, una política ambiciosa y de fondo.

Una política de largo aliento, que plantea aspiraciones a futuro pero establece acciones en el presente.

Y que lo hace partiendo de un paradigma distinto, que es el de construir una sociedad diseñada a partir de las necesidades y aspiraciones de la niñez y la adolescencia.

Señoras y señores, Señor Presidente.

Lo ha dicho usted: para que nuestro país alcance mayores niveles de desarrollo, es prioritario proteger e impulsar a la niñez y juventud mexicanas.

Es en ellas y ellos donde está la única inversión segura e indispensable de cualquier familia y de toda la nación.

Se trata, no de adultos en potencia, sino de personas titulares de derechos, en el aquí y el ahora. Y este momento, el de tomar decisiones fundamentales está en nuestras manos, está en este Sistema.

Para que avancen en igualdad e inclusión, y cuenten siempre con oportunidades en un piso parejo.

Para que la salud y la educación sean las llaves de una mayor calidad de vida.

Para que vivan en entornos seguros y confiables.

En suma, para que nazcan y se desarrollen como personas libres, iguales, felices, sanas, educadas, y rodeadas de amor y protección.

Por ello, señor Presidente y como usted lo ha instruido, seguiremos trabajando en torno a un propósito compartido: garantizar el interés superior de las niñas, niños y adolescentes, que es también el interés superior de México.

Muchas gracias por su atención.

Discurso