Señor Presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto.

Señor presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República; de la Cámara de Diputados.

 

Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Saludo a la Gobernadora, a gobernadores, al Jefe de Gobierno.

A los consejeros ciudadanos, a integrantes del Gabinete.

A funcionarias y funcionarios, y representantes de la sociedad civil.

 

Señoras y señores:

 

En primer lugar, quisiera pedir su entendimiento a todos nuestros invitados, particularmente de la sociedad civil, por el retraso del inicio de esta Sesión, debido a que la reunión previa con la Gobernadora, con los gobernadores y el Jefe de Gobierno, se realizó por más de dos horas, para poder llegar a estos acuerdos que hoy se someterán a consideración de todas y de todos. Gracias por su comprensión.

Hace poco más de tres años y medio, el Presidente de la República convocó a sesión extraordinaria de este Consejo, con el objeto de construir una relación de corresponsabilidad para la seguridad, la justicia y la paz que demanda nuestro país.

A partir de ello, el Gabinete de Seguridad se avocó a diseñar y poner en marcha una estrategia que permitiera hacer frente a la crisis de inseguridad, en un país profundamente lastimado por años, de repunte de la delincuencia y la violencia.

Por ello, el Presidente de la República hizo de su atención integral una prioridad nacional.

Una prioridad que desde este Consejo se ha abordado con una respuesta de Estado y un esfuerzo conjunto.

Una prioridad nacional que ha implicado poner la política, es decir, las herramientas del acuerdo y  la coordinación, al servicio de la seguridad.

Esta nueva visión, señor Presidente, ha permitido concretar resultados en dos principales vertientes:

En la operativa, por primera vez el Gabinete de Seguridad diseñó y puso en marcha mecanismos de coordinación permanentes entre la federación y las entidades, para actuar con estrategia y prontitud en un plano de corresponsabilidad.

Aunado a ello, se implementaron acciones para el apoyo subsidiario de las fuerzas federales a los gobiernos locales, particularmente aquellos con una situación de debilidad institucional.

Hoy, las y los mexicanos pueden tener la certeza de que ninguna, absolutamente ninguna entidad federativa está sola en la tarea de hacer frente a la delincuencia.

El objetivo ha sido y es uno: garantizar, más allá de distingos políticos, la seguridad de los ciudadanos ahí donde se ha visto mermada su tranquilidad.

Al tiempo que las fuerzas federales actuaron con sentido de urgencia para velar por la seguridad de las comunidades, se crearon y fortalecieron instituciones clave en esta función de Estado.

Pues es claro que más allá de atender coyunturas, la mejor apuesta al futuro que podemos hacer es la de consolidar instituciones fuertes, confiables y eficaces.

Tal es el caso, por ejemplo, de la creación y puesta en operación de la División de Gendarmería de la Policía Federal y de la Comisión Nacional Antisecuestro.

O del esfuerzo sin precedentes para transitar al Sistema Penal Acusatorio, y con ello, a una  impartición de justicia más pronta, eficaz y más respetuosa de los derechos de las personas.

Ello permitió que en los primeros dos años de la administración se contuviera de manera notable la tendencia creciente de la violencia criminal a nivel nacional, y que el país regresara incluso a tasas de homicidios de hace siete años.

No obstante este importante avance, hay que señalarlo, hay que hacerlo puntualmente, en meses recientes este fenómeno ha repuntado en algunas regiones del país.

También es necesario decir que dicho repunte se explica en gran medida al crecimiento de los delitos locales.

Esta situación apunta a uno de los grandes retos aún pendientes del país: la urgente construcción de un modelo que permita atender desde lo local, oportuna y eficazmente las causas de la inseguridad.

Es en ese plano donde hoy es prioritario fortalecer las capacidades, es en ese lugar, para generar espacios y reducir a la delincuencia. Es en lo local donde la función de seguridad debe contar con mejores herramientas y recursos para cerrar el paso a la impunidad.

En tanto esto sucede, y como usted ha instruido, desde el Gabinete de Seguridad se ha planteado un conjunto de medidas para la atención focalizada del fenómeno delictivo en los estados y municipios donde se presentan los más altos índices de violencia.

En congruencia con lo anterior, hoy se propondrán diversos acuerdos dirigidos a consolidar los procesos de fortalecimiento institucional realizados, con un enfoque particular en el plano local.

De estos acuerdos, si me lo permite, quisiera destacar los siguientes:

Primero.- Se pondrá a consideración de este Consejo un acuerdo para concretar la entrada en operación del número único de atención a emergencias, 911.

Ello será posible gracias a la adopción de mecanismos de coordinación entre autoridades estatales y federales para la respuesta a las solicitudes de los ciudadanos.

Asimismo, se propondrán implementar a nivel nacional una campaña de difusión dirigida a la sociedad, para promover el adecuado uso de este número en el país.

Segundo.- Se propondrá un acuerdo para designar al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública como responsable de las acciones correspondientes al Ejecutivo federal para la consolidación del Nuevo Sistema de Justicia Penal.

Hay que apuntar que la tarea no ha concluido con su entrada en operación, sino que es clave continuar los esfuerzos, tanto en lo federal como en lo estatal, para su evaluación y mejora permanente.

En este objetivo será fundamental que la y los gobernadores coadyuven en el perfeccionamiento del sistema, a través de los órganos implementadores.

Tercero.- Se propondrá un acuerdo para dar un nuevo impulso a la política de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, a través del diseño de un modelo que garantice el funcionamiento homologado de los Centros Estatales de Prevención del Delito.

Una política sostenible de seguridad requiere que se combata la pirámide delictiva desde sus bases.

Por ello, proponemos que desde el plano local y a través de estos centros, se emprendan esfuerzos integrales y sostenidos para detectar y atender adecuadamente las causas sociales de la inseguridad.

Con acuerdos como estos, señor Presidente, el Consejo Nacional de Seguridad Pública busca fortalecer, desde diversos frentes y en todos los niveles, las capacidades institucionales del Estado en favor de un México más seguro.

El diseño federal de nuestra República obliga a la acción concurrente y corresponsable de las autoridades de todos los órdenes, en el cumplimiento de una de las tareas, de las funciones esenciales del Estado: brindar seguridad a los ciudadanos.

Desde el Gobierno de la República, por su instrucción, no hemos dejado de estar presente el Gabinete, con la presencia siempre de sus titulares, del Secretario de la Defensa, del Secretario de la Marina, de la Procuradora General de la República, del Comisionado Nacional de Seguridad, del Secretario General del CISEN, y por supuesto, de su servidor.

Por eso, conforme a sus instrucciones, las instituciones federales han empleado todas sus capacidades, sin escatimar ni condicionar apoyos, para combatir el fenómeno delictivo a lo largo y ancho de la geografía nacional.

No obstante estos esfuerzos, reitero, es urgente el fortalecimiento de las capacidades locales.

Cada orden de gobierno, desde el ámbito de sus competencias, está llamado a actuar con sentido de urgencia para implementar acciones inmediatas y consolidar políticas de largo plazo; a trascender coyunturas y calendarios políticos para fortalecer la seguridad de la población.

A las comunidades afectadas por la delincuencia no les interesan ni circunscripciones, ni divisiones de competencias.

Por ello, el justo reclamo de la sociedad por mayores condiciones de seguridad debe ser respondido con acciones serias, integrales y con visión de Estado.

De lo que hagamos en el presente depende en gran medida que en esta materia, el futuro inmediato del país sea distinto y mejor del pasado reciente.

Bajo su liderazgo, señor Presidente, seguiremos actuando con altura de miras, trabajando para la construcción y consolidación de un México con una seguridad duradera y una justicia efectiva.

Gracias por su atención.

 

---o0o---