Con su autorización, Señor Presidente de la República, Licenciado Enrique Peña Nieto.

Señor presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, de la Cámara de Diputados.

Gobernadora, gobernadores, Jefe de Gobierno.

Legisladores, consejeros ciudadanos e integrantes del Gabinete.

Señor Secretario de la Defensa, Secretario de Marina, Procuradora.

Funcionarios y representantes de la sociedad civil.

Señoras y señores.

En diciembre de 2012, el Consejo Nacional de Seguridad Pública, encabezado por usted, señor Presidente, se reunió para delinear una nueva ruta en materia de seguridad.

Lo hicimos con plena consciencia de que el país atravesaba por una situación compleja, derivada de la violencia creciente.  

Acudimos con la convicción de que no existían respuestas simples, ni soluciones inmediatas.

Que por el contrario, se requería comprender las múltiples causas de este fenómeno, y actuar de manera coordinada para ofrecer resultados concretos a las y los mexicanos.

Así, bajo su liderazgo, Señor Presidente, nos propusimos sentar las bases para lograr un México sin violencia, abordando la seguridad desde una perspectiva de Estado, no de gobierno.

Por eso, y como usted instruyó, pusimos la política al servicio de la seguridad, trabajando de la mano de autoridades locales y junto con la ciudadanía.

Privilegiando lo que nos une y sumando esfuerzos con legisladores, gobernadores y sociedad civil, a partir del diálogo y los acuerdos. 

Tenemos claro, todos los aquí presentes, que en materia de seguridad, no puede ni debe haber espacio para cálculos políticos.

Porque se trata de un tema en el que las y los mexicanos no quieren ver confrontación, sino trabajo en equipo y resultados.

Al mismo tiempo, asumimos el compromiso de apoyar de forma permanente a las entidades, a partir de una estrecha coordinación entre instituciones del Gobierno de la República y autoridades locales.

Gracias a ello, hoy, como nunca antes, se cuenta con mecanismos para compartir información y definir estrategias conjuntas.

Esto ha permitido hacer un frente común, diseñando en cada región, soluciones articuladas más allá de competencias. 

Porque el Gobierno de la República acude siempre y sin regateo en apoyo de las entidades donde existen los mayores retos, o donde condiciones particulares ameritan la presencia de fuerzas federales.

Y como lo ha instruido, señor Presidente, lo seguiremos haciendo, siempre insistiendo en que los gobiernos locales deben corresponder a este esfuerzo.

Actuando siempre de la mano de la sociedad. Porque en el combate a la delincuencia y a la impunidad, no hay mejor aliado que la ciudadanía.

Desde la prevención de la violencia y la medición de indicadores hasta la toma de decisiones en espacios como este Consejo.

En este gobierno, en cada momento y en cada lugar, siempre ha estado presente la sociedad. 

Hablo de espacios como Palmitas, en Hidalgo; la Colonia Nuevo México, en Torreón, o el Cerro de la Pila, en Durango, donde se logró recuperar la convivencia y darle a la comunidad un nuevo rostro y esperanza.  

Hablo también de Michoacán, que dejó de ser sinónimo de desintegración, y se está convirtiendo en un modelo de cómo superar los desafíos en  corresponsabilidad.

Y así podría citar muchísimos más ejemplos, donde la suma de sociedad y gobierno ha sido la fórmula para recobrar la confianza y fortalecer el Estado de Derecho. 

De este modo, señor Presidente, y como usted lo ha instruido, hoy México avanza bajo una política de Estado que va más allá de discursos.

Una política que se sustenta en esfuerzos tangibles y cuyos resultados se están reflejando, poco a poco, en mejores condiciones de seguridad para los habitantes.

Así lo demuestran, uno a uno, los indicadores delictivos, hechos que antes eran permanentes y cotidianos, hoy son noticia. 

Así lo demuestran, también, las distintas regiones del país en las que hemos recuperado los espacios públicos de manos de los criminales.

Donde los enfrentamientos en bulevares y plazas eran cotidianos. Donde las escenas de vehículos en cantidades verdaderamente impresionantes de la delincuencia organizada recorrían las calles, todos los veían todos los días. Donde las familias habían dejado de salir de sus hogares por tenemos.

Hoy, en muchas de esas entidades, hemos devuelto esos espacios a quienes realmente le pertenecen: a la ciudadanía.

Y lo más importante, más allá de cifras o de acciones,  son las historias de vida. 

Historias que en Nuevo León, Chihuahua o La Laguna, Sinaloa por mencionar algunos casos, plasman un antes y un después, gracias al trabajo conjunto para desarticular al crimen, restablecer el tejido social y construir instituciones que sirvan a la ciudadanía.

Porque la mejor apuesta que podemos hacer como país es consolidar instituciones eficaces y confiables. 

Esa es la vía que usted señor Presidente ha planteado para garantizar la tranquilidad duradera.

Porque nuestro compromiso es en el aquí y en el ahora, pero la seguridad que merecen los mexicanos debe de ser permanente

Ese ha sido el objetivo de las transformaciones estructurales que estamos impulsando.

Y esta sesión del Consejo habrá de ser nuevamente un espacio idóneo para definir soluciones conjuntas.

Al respecto, destaco cuatro acuerdos que habrán de ponerse a su consideración:

Primero, en el marco de la instrucción que dio usted, señor Presidente, de concretar un Número Único de Atención a Emergencias, contamos ya con un Catálogo Nacional de Incidentes y con una propuesta de ley para establecer el sistema

Hoy, se propone a este Consejo dar un paso más al aprobar una Norma Técnica para estandarizar la operación, atención y calidad de estos Centros, sin importar dónde se encuentren.

Segundo, se propondrá un acuerdo para homologar las bases de datos criminalísticas y de personal de los tres órdenes de gobierno, lo cual nos permitirá contar con información más precisa.

Tercero, se votará un acuerdo para evitar que corporaciones locales utilicen vehículos o vestimenta que pudieran ser confundidos con aquellos que usan y utilizan las Fuerzas Armadas.

La investidura de nuestras Fuerzas Armadas es símbolo de orgullo, reconocimiento y confianza entre los mexicanos.

Por ello, el objetivo de este acuerdo es distinguir a los integrantes de las Fuerzas Armadas.

Finalmente, en la ruta de articular capacidades institucionales, se propondrá estandarizar la adquisición e instalación de tecnología de video–vigilancia.

Se trata de que en las 32 entidades los equipos se coloquen estratégicamente, se comuniquen entre sí y puedan operar de forma conjunta.

Reitero, de ser aprobados estos acuerdos y los demás que en este Consejo se determinen, abonaremos a seguir generando respuestas de Estado para garantizar la tranquilidad que las familias mexicanas merecen. 

Señor Presidente, bajo sus instrucciones estamos avanzando estamos avanzando con rumbo y determinación, atendiendo lo inmediato, y al mismo tiempo, sentando las bases para generar soluciones de fondo. 

Tenemos claro también que hay retos. Y más que sentirnos satisfechos con lo alcanzado, nos sentimos obligados a seguir trabajando. 

A redoblar el paso y entregar a la ciudadanía, mejores resultados.

Eso es lo que las y los mexicanos merecen. 

Y eso es a lo que como usted nos ha instruido, señor Presidente, habremos de seguir avocándonos.
Discurso