Saludo a todas y a todos, es un verdadero honor, un gusto saludarles, estar aquí en este gran estado, que es Querétaro.

Gracias al señor Gobernador Francisco Domínguez, sobre todo el reconocimiento de parte del Gobierno de la República al trabajo coordinado, al esmero, al esfuerzo, que da sin lugar a dudas el resultado que todos esperan de los políticos, que es entregar mejores resultados. Un saludo afectuoso y gracias por su hospitalidad.

Saludo al Presidente del Congreso del estado.

A la Presidenta del Tribunal Superior de Justicia.

Al señor presidente municipal de Querétaro.

Saludo al representante de la zona militar, señor General, un gusto saludarle.

A funcionarios estatales, municipales.

A todas y a todos ustedes, saludarles con afecto.

Me da mucho gusto, reitero, estar con ustedes, en esta ceremonia de Abanderamiento en la que participan escoltas de escuelas, organizaciones sociales, empresariales, de instituciones públicas y, por supuesto, de los municipios de Querétaro.

Sé que muchos vienen de muy lejos, desde las diferentes regiones del estado. Muchas gracias por estar aquí.

Y, especialmente, para las niñas, niños, jóvenes que nos acompañan, que están aquí representando a sus escuelas y comunidades.

Y qué mejor escenario que Querétaro, un estado lleno de historia, de talento, de gente trabajadora, cuna de grandes mexicanas y mexicanos.

Reciban un afectuoso saludo de parte del Presidente de la República, el licenciado Enrique Peña Nieto.

Hoy, tienen ustedes en su resguardo, la Bandera de México. Una Bandera en la que están plasmados los más importantes valores de nuestro país.

Los valores que nos dan identidad, que han marcado nuestra historia, y que son el pilar de nuestra democracia.

Portar y honrar a nuestra Bandera, es honrar nuestros compromisos, es honrar nuestros principios, es honrar nuestro pasado, pero sobre todo, es honrarnos a nosotros mismos como mexicanas y mexicanos.

Porque a México lo hacemos y lo construimos todos, todos los días.

Lo construyen las niñas, niños y jóvenes como ustedes, que se despiertan cada día para ir a la escuela muy temprano.

Lo construyen las mujeres, que a ustedes cuidan con amor y los defienden con pasión. Ellas que sueñan y aportan para lograr un mejor país y lo hacen con esfuerzo y tenacidad.

Lo construimos todos, las y los que trabajan se esmeran, se organizan y participan por el bien de México.

Un México que no se detiene ante la adversidad y que jamás se rinde, porque sabe que la unidad puede vencer cualquier desafío.

Un México que ha construido una democracia sólida, plural y de libertades, donde tienen cabida todas las voces y expresiones.

Un México que ha dado grandes pasos para modernizarse y transformarse en una sociedad de mayor bienestar y oportunidades.

Somos una nación con una riqueza histórica geográfica y cultural, que se expresa en nuestras costumbres, en el folclor de cada región y en la abundancia de nuestros bosques, selvas y manglares.

Una nación con una gran fortaleza, y esa fortaleza es su gente.

Una nación que es fuerte de pensamiento, de creatividad y conocimiento, cuna de innumerables artistas, deportistas, escritores y científicos.

Somos una nación de emprendedores, de mujeres y hombres visionarios y audaces que apuestan todos los días por la innovación, la competitividad y la generación de oportunidades, que invierten en el talento y potencial de las y los mexicanos, porque saben que solo invirtiendo en las personas podemos abrir horizontes de mayor prosperidad para todos.

Somos una nación libre e independiente, que ha edificado por sí misma, las leyes e instituciones que hoy sostienen nuestro Estado de Derecho.

Desde aquellas que están diseñadas para protegernos, hasta aquellas que garantizan derechos sociales como la salud, la educación o la vivienda.

Por eso nuestras instituciones no solo legado y principio, sino también el cimiento más sólido y la herramienta más efectiva para que juntos sigamos construyendo el México que merecemos.

Para que sigamos concretando un proyecto de nación con visión de largo plazo. Un proyecto que no se quede en lo inmediato, que vaya más allá de coyunturas.

Y que necesita que ustedes, las y los jóvenes, se involucren, que lo hagan suyo y lo enriquezcan con su participación.

Se trata de dar respuesta a las exigencias ciudadanas, convirtiendo su voz en acciones, en mejores políticas, en gobiernos más efectivos y, por ende, en mejores resultados.

Porque la fortaleza de México la construimos entre todas y todos, con nuestras ideas y, sobre todo, con nuestras acciones.

Se trata de una tarea que nos llama día con día a ser conscientes de nuestros retos.

El tiempo que vivimos nos sigue convocando a escuchar la voz de las comunidades indígenas, de las mujeres que padecen violencia, a construir alternativas para los jóvenes que requieren mayores oportunidades.

Por eso nos toca a todos, seguir trabajando para dar respuesta a ese México de quienes buscan que se les incluya, que se les haga justicia, y se les garantice, sobre todo, los mismos derechos.

Ante ello y ante cada uno de nuestros retos, es necesario que sociedad y gobierno sigamos actuando juntos, como uno solo.

Poniendo al diálogo por encima de la confrontación, a la unidad antes de la discordia, y al bien de México por encima de cualquier otro interés.

Por eso la convocatoria es que sigamos tendiendo puentes de colaboración, a que rompamos la distancia y apostemos a construir juntos, siempre juntos.

Porque las soluciones que el país requiere se construyen desde la base, trabajando con la ciudadanía y para la ciudadanía.

Escuchando y dialogando, con total apertura a la participación social, y con la firme voluntad a generar respuestas de fondo.

Asumiendo a cabalidad la tarea de lograr un México más justo e igualitario, en el que ya no tengan cabida el rezago, la impunidad y la desigualdad.

Hay camino que recorrer, hay mucho por realizar.

Se trata de una labor no de un día, no de unos meses o unos cuantos años, pero jamás imposible si actuamos en unidad, poniendo a México en primer lugar.

Recibir y portar nuestra Bandera, como ustedes lo hacen el día de hoy, es tener en sus manos el máximo símbolo de historia y unidad de las y los mexicanos.

Por eso es tan importante esta ceremonia, porque enseñar a las niñas, niños y jóvenes a saludar a la Bandera, a conocer su Escudo o a cantar nuestro Himno Nacional, es fomentar los valores cívicos que hacen grande a México.

Es promover la unión y la fraternidad entre las y los mexicanos, para seguir construyendo juntos un país libre, igualitario y de oportunidades, porque nuestra historia nos enseña que cuando actuamos así, en unidad, no existe ningún desafío que no se pueda superar.

Y nuestro presente y futuro nos convocan a seguir demostrando ese mismo espíritu de fortaleza, solidaridad y colaboración.

De tenacidad, valor y determinación para superar las pruebas y los grandes desafíos que tenemos.

Y de trabajo, entrega y patriotismo, para construir entre todos, un México de mayor prosperidad, bienestar y, sobre todo, de oportunidades.

Esos son nuestros valores, esa es la identidad que nos inspira y nos define y que debe acompañarnos todos los días, no solo como convicción, sino fundamentalmente como un impulso para seguir actuando en favor de México.

México está dentro de nosotros. México somos todos nosotros.

Entonces, en unidad, todas y todos sigamos trabajando por nuestro gran país, por México.

Muchas gracias a todos por su atención.

 

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Querétaro, Qro.