Muy buenas tardes a todas, a todos, bienvenidos a la Secretaría de Gobernación.

Me da mucho gusto saludar a la Embajadora Roberta Jacobson, y aprovecho para manifestarle nuestra solidaridad por los hechos ocurridos en los últimos días, que han lastimado no solamente al Gobierno de los Estados Unidos, a su pueblo, sino a todos los pueblos del mundo.

Rechazamos desde el gobierno estos actos y por supuesto que en nuestra solidaridad, acompañamos todas sus acciones que emprenda el Gobierno de los Estados Unidos.

Saludo a los titulares de las zonas del Consejo Nacional de Funcionarios del Registro Civil.

A las directoras y directores de los registros civiles.

A integrantes del Consejo Consultivo de Política Migratoria.

A asociaciones de migrantes.

A beneficiarios y familiares.

A funcionarios federales.

A todas y a todos, muy buenas tardes.

La historia y el porvenir de México y los Estados Unidos están, sin duda, íntimamente entrelazados, porque se trata de dos naciones que son vecinas; pero, sobre todo, que son amigas.

Dos naciones que a lo largo de los últimos 200 años han compartido principios y valores.

Dos naciones que abrazan la libertad, la democracia y la pluralidad, y que están convencidas del derecho de todas las personas al desarrollo y a la felicidad.

Nos une el pasado. Nos une el presente, y por supuesto, que nos une el futuro.

Porque México no se explica sin los Estados Unidos, y Estados Unidos no se explica sin México.

Por eso, si le va bien a uno, también le va bien al otro.

Lo que comenzó como un vínculo meramente geográfico, hoy se ha convertido en una vibrante sociedad binacional.

Lo mismo en la cultura que en la gastronomía, en la ciencia o el comercio, lo que sucede en un lado de la frontera, se refleja invariablemente en el otro.

Por eso es tan importante que sigamos trabajando juntos, haciendo uso del diálogo y el respeto para construir una visión siempre compartida.

Una visión que nos permita avanzar en torno a objetivos comunes; que nos permita generar soluciones a los retos regionales.

Y sobre todo, que nos permita continuar fortaleciendo la relación bilateral, en beneficio de la sociedad en ambos lados de la frontera.

Porque si bien es cierto que no siempre tenemos que estar de acuerdo, también es claro, para quien conoce un poco de historia y entiende el presente, que México y Estados Unidos somos, ante todo, aliados.

Y que cuando actuamos en unidad, fortalecemos nuestra posición frente al mundo.

Por eso la instrucción del Presidente Enrique Peña Nieto ha sido estrechar la colaboración y la coordinación, y así lo hemos venido haciendo, a partir de una agenda, que en estos años se ha profundizado más allá de solo la seguridad y más allá solo de la migración.

Fue bajo esta premisa, que entre otras muchas acciones, pusimos en marcha el Programa Somos Mexicanos, que permite la repatriación ordenada con respeto a los derechos humanos.

Ahí, esta acción, se pudo lograr en favor de nuestros connacionales, a partir de una muy buena comunicación que ya está dando resultados, y ha sido del mismo modo que hemos ampliado los servicios a los que puede acceder la población residente en los Estados Unidos, como es la expedición de actas de nacimiento, o de las campañas y las facilidades para hacer el testamento.

Y hoy, con el lanzamiento del Programa Soy México, Registro de Nacimiento de la Población México-Americana, damos un paso más.

Un paso muy importante en favor de las y los ciudadanos mexicanos nacidos en los Estados Unidos, y también, por supuesto, de las y los ciudadanos estadounidenses de origen mexicano.

Se trata de un esquema para reconocer la bi-nacionalidad y proteger el derecho a la identidad.

Se trata de una estrategia en favor de quienes integran una misma comunidad, que se encuentra en ambos lados de la frontera.

Una comunidad, que como lo ha señalado el Presidente Enrique Peña Nieto, es motor de desarrollo de nuestros países.

Con estas acciones, ofrecemos además una solución para las dificultades que niñas, niños y adolescentes de origen mexicano, nacidos en los Estados Unidos, enfrentan para su ingreso a la educación en México.

Se estima que con este Programa, que simplifica el procedimiento de legalización y apostilla, se podrá beneficiar a entre 430 mil y 600 mil menores de 18 años en esta situación.

Ya escuchamos el testimonio de Iván, pero aquí está también Alexander, que por fin podrá cumplir su sueño de estudiar en nuestra máxima casa de estudios, la UNAM; o Jacqueline, que también acaba de recibir su Acta de Nacimiento como mexicana, y que nació en el Bronx de Nueva York, muy cerca de Nueva Jersey, donde usted creció, señora Embajadora.

La historia de ustedes es la historia de muchas familias migrantes.

Lo que aquí hemos escuchado es a veces dramático, son historias de horror, que no podemos concebir ya en nuestro país, por eso estas acciones directas en favor de ustedes, de parte del Gobierno de los Estados Unidos y del Gobierno de México.

Y el objetivo de este esfuerzo es que puedan seguir persiguiendo sus sueños y construyendo su futuro.

Y aquí permítanme, ya lo ha hecho Jorge en algunos de los casos, pero quiero reconocer el trabajo de todas y todos los que han hecho posible esta iniciativa.

Me refiero en primer lugar, al acompañamiento solidario y comprometido que la Embajada de los Estados Unidos ha dado a México, para hacer realidad esta política de protección a ciudadanos, tanto estadounidenses como mexicanos.

Nuevamente, Embajadora, muchísimas gracias.

Reconozco también el esfuerzo que realizan con este mismo propósito, a través de su programa “Documéntate”.

Agradezco además a la Asociación Nacional de Sistemas de Estadística y Sistemas de Salud Pública, por la confianza y por la firma del convenio que permite la consulta de su base de datos.

A las y los directores de los Registros Civiles, quienes son eje y motor del derecho a la identidad en el país, muchísimas gracias.

Así como a las organizaciones civiles, a integrantes de la academia, y a los grupos de trabajo del Consejo Consultivo de Política Migratoria y de Justicia Cotidiana, por sus aportaciones a esta iniciativa.

Y por supuesto, reconozco también a la Secretaría de Relaciones Exteriores, y en particular a la Canciller Claudia Ruiz Massieu, que se encuentra en Nueva York acompañando al Presidente, y que con gran visión trabaja para proteger a los mexicanos en el extranjero.

A todas y todos, muchísimas gracias.

Porque es así, sumando esfuerzos, como pasamos de los discursos a las acciones, y de las acciones a los resultados en favor de quienes, siendo parte de dos países, conforman una sola comunidad.

Las fronteras geográficas no deben convertirse en barreras, por el contrario, deben seguir siendo punto de encuentro e intercambio.

Un puente para afianzar los lazos de colaboración y fraternidad entre nuestras sociedades, sobre todo, de cara a los desafíos globales que enfrentamos hoy, y que exigen la acción corresponsable de la comunidad internacional.

México y Estados Unidos no estamos exentos de retos.

Por eso, siendo dos países que creemos en la libertad, la democracia y el pluralismo, hoy estamos llamados a cerrar filas.

A sumarnos en una sola voz, para defender los principios que nos definen.

A decir sí al fortalecimiento de la amistad México-Estados Unidos.

Sí a la unidad entre estas nuestras dos grandes naciones.

Discurso