Discurso de la Oficina del Comisionado Nacional de Seguridad

Muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes,

Lic. Jorge Francisco Márquez Montes, Oficial Mayor de la Secretaría de Gobernación;

Lic. René Juárez Cisneros, Subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación;

Lic. José Alberto Rodríguez Calderón, Comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social;

Lic. Felipe Solís Acero, Subsecretario de Enlace Legislativo y Acuerdos Políticos de la Secretaría;

Lic. Roberto Campa Cifrián, Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría;

Mtro. Alberto Begné Guerra, Subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana;

Dra. Ruth Villanueva Castilleja, Tercera Visitadora de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos;

Mtro. Manelich Castilla Craviotto, Comisionado General de la Policía Federal;

Lic. Antonio Azael Ruiz Ortega, Subsecretario del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México

Mtro. Orlando Camacho Nacenta, Director General de Fundación México SOS;

Autoridades de las instancias estatales de readaptación social, compañeras y compañeros; 

Amigos de los medios de comunicación;

Servidores públicos de los distintos órdenes de gobierno, de la Secretaría de Gobernación, de la Comisión Nacional de Seguridad que hoy nos acompañan.

Distinguidos invitados:

De veras nos da muchísimo gusto que estén aquí presentes en esta fecha, doblemente significativa, como escuchamos hace un momento. Doblemente significativa en ocasión del Día del Personal Penitenciario y el Día Internacional de Nelson Mandela.

Reciban por conducto de un servidor, un saludo del Secretario de Gobernación, del Lic. Miguel Ángel Osorio Chong.

Este es un momento, ya se decía aquí,  para reconocer a quienes día con día trabajan para cumplir con una obligación constitucional que es fundamental, garantizar que quienes compurgan una pena privativa de libertad, lo hagan en un entorno de respeto por la dignidad de la persona humana.

Este evento, como comentábamos, deriva de los acuerdos que se tomaron en la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Nacional del Sistema Penitenciario, porque ahí se planteó justamente la necesidad de estimular la tarea penitenciaria a través del reconocimiento de la labor del personal administrativo y operativo, hacer luz, pues, sobre ese eslabón.

Así, este 18 de julio, no sólo es una fecha para reflexionar sobre la vida y la labor de una persona como lo fue Nelson Mandela, también es un día para honrar los principios acordados por la comunidad internacional para establecer condiciones dignas en privación de la libertad y para recordar y estimar al personal penitenciario.

Nelson Mandela, quien nació un 18 de julio, pasó 27 años en prisión. Luchó en favor de los derechos humanos y su lucha tuvo impacto, como ustedes saben en muchos ámbitos.

Su lucha inspira las reglas que llevan su nombre, y que aquí se mencionaban, y que tienen por objetivo acercar la función penitenciaria a ese ideal, a ese que señalábamos: la dignidad y el valor de la persona privada de su libertad, en tanto ser humano, sin distinción de ningún tipo.

Hemos dicho en ocasiones anteriores que la dignidad es la fuente y razón de ser de todos los derechos; y que una persona que ha perdido su libertad por la comisión del delito que sea, por la comisión de un delito por grave que éste sea, no pierde su dignidad, nunca pierde su dignidad, sigue siendo, y así lo debemos de ver, sigue siendo persona.

Las acciones que como autoridades penitenciarias emprendamos en favor de la dignidad de las personas dicen mucho de nuestra sociedad, dicen mucho de nuestros valores.

Quiero recordarles aquí alguna frase que cité en otra ocasión de Bryan Stevenson, en un libro que se llama “Compasión”, él dice ahí: “La verdadera muestra de nuestro compromiso con la justicia, el carácter de nuestra sociedad, nuestro compromiso con el Estado de Derecho, con la igualdad y la equidad no es cómo tratamos a los ricos, a los poderosos, a los privilegiados y a los respetados entre nosotros. La verdadera medida de nuestro carácter es cómo tratamos a los pobres, a los desfavorecidos, a los acusados, a los encarcelados y a los condenados”.

Por ello es esencial, fundamental, el desarrollo de un sistema penitenciario moderno, de un sistema penitenciario funcional, que garantice y respete los derechos humanos; que lleve intrínseco el compromiso de introducir las mejores prácticas en beneficio de la colectividad penitenciaria.

Y cuando hablamos de la colectividad penitenciaria hablamos de los profesionales que hacen posible la operación de los centros: del personal de seguridad, de los custodios, de los médicos, de los abogados, de los psicólogos, de los criminólogos, de los trabajadores sociales, administradores, maestros, técnicos, entre otros, que viven de manera cotidiana, muchas veces el mismo aislamiento, en la misma soledad que aquellos que compurgan la pena.

Porque comparten y viven las mismas complejidades de ese contexto profesional. Y estos servidores públicos, este colectivo penitenciario trabaja en beneficio del bien común y debe, sin duda, ver dignificada su labor y tener acceso a mecanismos que faciliten su actividad profesional.

Como servidores públicos responsables de la función penitenciaria sabemos que los derechos humanos son la base para una auténtica seguridad ciudadana por lo que hemos dicho, porque las personas y no las instalaciones son las que constituyen el núcleo, la esencia  de la función.

Hoy, aquí, hacemos patente nuestro compromiso para seguir luchando por consolidar una política penitenciaria apoyada en ese respeto, en esa protección a la dignidad de las personas, porque estamos convencidos de que ese es el prerrequisito para consolidar un sistema penitenciario moderno, eficiente, eficaz.

Pero quiero una vez más hacer aquí expreso el reconocimiento al trabajo de todos los que intervienen en el proceso de reinserción social, de todos los que con su esfuerzo prestan un servicio invaluable a la comunidad, de ese personal penitenciario que presta un valiosísimo servicio a México

Los convocamos a ustedes, servidores públicos, autoridades penitenciarias, a seguir poniendo todo nuestro empeño para atender los retos que enfrentamos.

Su trabajo es fundamental para México, para construir ese auténtico sistema penitenciario en el que los derechos sean el eje, sean el objetivo, para que los derechos se tomen en serio.

Permítanme en este marco cerrar mi intervención con una cita de quien da sentido a este día, y que puede orientar la actividad que cada uno tenemos bajo nuestra responsabilidad.

Decía Nelson Mandela que: “Ser libre no es sólo liberarse de las propias cadenas, sino vivir de una manera que respete y mejore la libertad de los demás”.

Muchas gracias.

Discurso de la Oficina del Comisionado Nacional de Seguridad