Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.

Saludo con mucho aprecio al señor contador público Carlos Manuel Joaquín González, Gobernador Constitucional de este estado de Quintana Roo, y le agradezco su anfitrionía, su calidez y su hospitalidad de siempre.

Al maestro Renato Sales Heredia, Comisionado Nacional de Seguridad.

Al señor licenciado Rodolfo del Ángel Campos, Secretario de Seguridad Pública del estado de Quintana Roo.

Al diputado Eduardo Martínez Arcila, presidente de la Gran Comisión de la Décimo Quinta Legislatura del Congreso del estado de Quintana Roo.

Al licenciado José Antonio León Ruiz, Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado de Quintana Roo.

Al General Miguel Ángel Huerta Ceballos, comandante de la Trigésima Cuarta Zona Militar. Muchas gracias por estar aquí.

Al señor Vicealmirante Jesús Herminio Pacheco Durán, comandante de la Quinta Región Naval.

A la licenciada Samaria Angulo Sala, presidenta municipal del Ayuntamiento de Solidaridad. También muchísimas gracias por su hospitalidad.

Al licenciado Francisco Javier López Mena, Secretario General de Gobierno del estado de Quintana Roo.

Lo mismo que al ingeniero Alfonso Ramón Bagur, Comisionado del Servicio de Protección Federal.

Al maestro Álvaro Vizcaíno Zamora, Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Al maestro Marco Antonio Sánchez Aparicio, Secretario Ejecutivo de la Conferencia Nacional de Secretarios de Seguridad Pública.

Al maestro Miguel Ángel Pech Cen, Fiscal General del estado de Quintana Roo.

A todos los funcionarios públicos federales, estatales y municipales que nos hemos dado cita aquí el día de hoy.

Y muy especialmente a los titulares de las dependencias encargadas de la seguridad pública de las entidades federativas.

En modelos distintos, hay aquí, por ejemplo, un estado de la República que las funciones de seguridad pública se realizan dentro de una Fiscalía, y se encuentra aquí presente el señor Fiscal de ese estado.

Y lo mismo, muy desproporcionadamente, pero igual o más valioso, hombres y mujeres que están a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública, en particular una mujer muy valiente, muy capaz y muy profesional, la Secretaria de Seguridad Pública del Estado de México, única mujer. Así que ahí, creo que todos tienen un pendiente importante.

Reciban un muy afectuoso saludo del Presidente de la República, del licenciado Enrique Peña Nieto.

Y quisiera compartir con ustedes un momento en esta clausura anticipada de esta Conferencia, que sé que al término de esta declaratoria de clausura, terminarán algunos temas que quedaron pendientes, particularmente dos.

La pregunta que se haría cualquier mexicano, cualquier joven, fundamentalmente millennials es, ¿qué pasó con nuestro país, qué está pasando con nuestro país? Por qué antes vivíamos de una manera y, por qué hoy vivimos de otra, más violenta, cuando deberíamos de estar mejor.

Solamente en esta Administración, subsidios que se han dado a entidades federativas y municipios, ascienden a 82 mil millones de pesos.

¿Qué ocurrió entonces? ¿por qué sentimos y percibimos un ambiente de inseguridad?

Tiene que ver en mucho, como parte del desarrollo de un país y sus efectos negativos del desarrollo.

Nuestro país, son dos fenómenos acompasados, ¿qué pasó en México, qué pasó en el hemisferio?

Nuestro país hagan de cuenta que es como un vehículo que va a en una carretera de tres carriles y no se puede detener, está atravesando tres grandes transiciones.

Una transición que tiene que ver con su demografía, una transición demográfica.

En menos de un siglo, el país pasó de ser un país eminentemente rural, a ser ahora un país eminentemente urbano. No solo eso, de zonas metropolitanas.

El 77 por ciento del país vive en zonas urbanas, y el 57 por ciento del país vive en zonas metropolitanas.

Incluso ahí nuestra Constitución va atrasada. Nuestra Constitución General de la República no define qué es una zona metropolitana, solamente enuncia en uno de los artículos, si no mal recuerdo el 122, que habrá una zona metropolitana que solamente comprende, desde que se hizo la Constitución en esa modificación constitucional, la Ciudad de México y su conurbación del Estado de México.

Por lo tanto, de entrada ahí, tenemos un tema de planeación del desarrollo, ya no se puede planear el desarrollo de un solo municipio cuando está conurbado a muchos otros municipios en donde la perspectiva debe de ser regional, incluso interestatal, y voy más allá, internacional si pensamos en la zona de Tijuana-San Diego, la más numerosa en cruces del planeta en su historia.

Esta transición demográfica también cambió la esperanza de vida. Hoy tenemos más población de gente adulta, que de gente joven, y por lo tanto, problemas que son típicamente urbanos, ya no típicamente rurales.

En esta primera carretera el país avanzó en 60 años.

La segunda, el segundo carril, tiene que ver con una transición epidemiológica, ¿qué significa? Que acompañado del cambio de un país que se hizo de rural a urbano, también cambió su composición de salud pública.

Ya la mayor causa de mortandad en México no son las enfermedades infectocontagiosas, esas mataban a mucha población de niños, las diarreas, las gastrointestinales, el sarampión, la polio, ya no son las principales causas de muerte.

Al haber transitado un modelo de urbanización también la expectativa de vida creció.

Hoy tenemos, como digo, una población más grande, entonces las principales causas de mortandad son las crónico-degenerativas.

La gente hoy tiene que estar atendiéndose de diabetes, de hipertensión, de enfermedades que tienen que ver con la vejez, y eso de entrada pone en una presión grandota a todos los sistemas de seguridad pública, sistema de pensiones, sistemas de atención a la salud.

Lo mismo que en la transición demográfica pone en una gran presión a las ciudades y a los centros urbanos.

Ya los delitos no son el abigeato en la mayoría del país, por poner un ejemplo. Tienen que ver con núcleos suburbanos que se componen de distinta manera.

Y una tercer transición en la que el país está totalmente en marcha, un tercer carril, que es una transición democrática, donde la alternancia es una constante.

Hay municipios que alternan en distintas formas de gobierno con el estado, y estado que alterna en diferente forma de gobierno de partido con la presidencia, y así conviven, y hasta con sus vecinos mandatarios estatales, y no hay vacíos, siempre se llenan huecos. Esto le está ocurriendo a nuestro país.

¿Eso nos ha hecho más fuertes? Sí. Somos un país mucho más fuerte que hace 60 años o 50 años, y nos dimos instituciones mucho más sólidas.

Acompañado a eso, hay un fenómeno global, que es el tema del tráfico de drogas en el mundo, y particularmente en nuestro continente.

En esa misma transición que pasó el país, también creció internacionalmente un mercado que fue el del consumo de drogas, con el principal centro de consumo de drogas del planeta, de población, que es nuestro vecino del norte, y que enfrenta graves problemas de salud pública.

En la década de los 80 y 70, donde se manifiesta con mucho vigor este fenómeno, en la diversificación del consumo, la política que se siguió antidrogas, fue una política de inhibición de la oferta de la droga.

¿Dónde se produce? Donde combatimos la droga. Y por eso hubo escenarios donde lo que importaba era una certificación anual que hacía el gobierno norteamericano con respecto a los demás países, quién apoyaba, quién no apoyaba y qué sanciones había por no apoyar.

Nosotros reivindicábamos eso como una defensa soberana, las decisiones que tomamos al interior son de los mexicanos y no permitimos una injerencia extranjera en nuestra evaluación.

Pero ahí se explica por qué se invadió “Granada”, por qué una determinación judicial hizo que se invadiera Panamá para la búsqueda del que entonces era el llamado hombre duro, hombre fuerte.

Esta composición hacía que de la producción del sur del continente, México estaba por su geografía como un país de tránsito de droga, y por lo tanto, lo que importaba era la ruta que te llevara al centro de consumo.

La violencia era focalizada, ¿en función de qué? de que no estorbara la ruta.

El surgimiento de los grandes capos de la droga de aquella época, provenían de aquellas instituciones, no en su mayoría, nunca es bueno generalizar, pero sí en muchos casos, de aquellas personas que habían tenido contacto con las instituciones de seguridad que tenían los contactos y conocimiento para el trasiego de la droga en la ruta. En síntesis, expolicías.

Esto hacía que nuestro país se convirtiera en un vehículo, así convivimos durante muchos años.

En la memoria de muchos de los aquí presentes, recordarán que hubo una discoteca llamada “Christine”, donde hubo una enorme balacera y alarmó a la sociedad en su conjunto.

Ahora, eso no quedaría mucho tiempo en la memoria colectiva, salvo en la comunidad, porque cambió la composición.

La visión cambió a partir de los 90´s, ya no fue un ataque a la oferta de la droga, sino una contención en el consumo de la droga.

Se abandonó el mecanismo de la certificación por un mecanismo de cooperación técnica y altamente dirigida, y cambió el patrón también de distribución.

Al transportista asociado que correspondía en México cuidar la ruta, por eso se llama “cártel del Pacífico”, “cártel del Golfo”, “cártel del Centro”, tenía el nombre de la ruta, a ese transportista también se le cambió la forma de pago, ya no se pagaba en dinero, sino se paga en especie, en parte del producto.

Con la idea y única condición que esa droga que era pago, no entrara al mercado norteamericano para que no generara una sobre oferta.

Y México, en esta primera parte de esta exposición breve, tenía todas las condiciones para generar los mercados de consumo internos de la droga.

Estábamos en un país más urbano, un país donde no se morían niños, entonces hay mucho más jóvenes, al grado tal que hoy vivimos el llamado bono demográfico, que significa que en los próximos 20 años, nunca más se va a volver a repetir en la historia del país.

En los próximos 20 años va a entrar el mayor número de jóvenes, por pura edad, al mercado de trabajo, no necesitan hacer nada más que cumplir su mayoría de edad.

En este momento son 800 mil jóvenes por año, a principios de la próxima década van a ser un millón de jóvenes por año, y ahí podríamos adentrarnos en otro tema, bueno, ¿y cuál es la condición de crecimiento del país para absorber esta oferta de trabajo, en el país curiosamente más educado de su historia? No hablo de la calidad de la educación, hablo de la cantidad de jóvenes y niños que terminan primaria, secundaria, preparatoria.

Dejando a un lado eso y siguiendo con el tema de la seguridad, el pago en especie tenía todas las condiciones para generar los mercados internos de consumo, para introducir la droga en escuelas, en mercados, en plazas públicas.

¿Quiénes la iban a distribuir? Del lado del transporte era quienes podían tener capacidad para hacerlo, profundamente especializada la actuación o esa labor, porque era quien podía cuidar la ruta. Del lado del consumo no.

Los nuevos asociados eran bandas locales que se dedicaron en su primer momento al robo de vehículos, al robo de cuentahabientes, al robo de coches, al robo de casas, y como todo, hay evolución criminal.

La introducción de este instrumento poderoso de ganancias exorbitantes, hizo que cambiara una composición que se mantenía más o menos establece, la capacidad de respuesta de las instituciones frente a una nueva amenaza que fue penetrando poco a poco, y que entonces la lucha es la plaza violenta, sangrienta y cómo me impongo, frente a estructuras municipales en muchos de los casos no preparadas para una contención de este tamaño.

No solo eso, no se entiende la delincuencia organizada sin algunos elementos de protección institucional.

En su condición, estaban en la plena condición de cooptados para que ayudaran en la función del nuevo liderazgo.

Esto que está ocurriendo en nuestro país, en parte explica, no digo que sea todo, pero sí en buena parte explica qué está pasando, qué está ocurriendo.

No solamente se dedican ya al consumo de la droga, seguían teniendo sus mismas actividades, integración, en diversificación de labores complejas de delincuencia organizada.

Una de nuestras fortalezas como país es que somos una Federación, eso hace que seamos muy fuertes, porque tiene capacidad el municipio de responder a problemas que le importan a la ciudanía, sobre todo a la comunidad, porque el Estado tiene capacidad para responder a sus propios problemas y dinámicas, y porque la Federación que unifica a toda la visión estatal de un país, de los estados en su conjunto, nos hace fuertes.

Pero frente a este problema, lo que se está discutiendo en este momento es, bueno, ¿y qué modelo para los municipios es el óptimo en materia de seguridad frente a este fenómeno complejo? Y no se ha dado una respuesta única, llevamos 8 años discutiendo el tema del modelo policial municipal, si desaparecen, si es mando único, si es mando mixto, si son mandos temporales, si se modifican la Constitución, qué funciones les toca al municipio en materia de seguridad.

Los municipios se defienden como un orden de gobierno, dicen, no me quiten mi policía, y disímbolo, porque además es asimétrico nuestro país.

Hay municipios donde los policías no tienen armas, no hay armas, y otros donde tienen una enorme capacidad de respuesta.

¿Qué tuvo que hacer el país? Me estoy refiriendo ya a los últimos 30 años, desde que este fenómeno irrumpió con mucha fuerza.

Nuestras autoridades civiles tuvieron que recurrir a nuestras Fuerzas Armadas en apoyo a la seguridad pública, y con una gran convicción y con un gran patriotismo intervinieron y han intervenido en el combate a los temas de inseguridad.

Al grado tal que su presencia, su permanencia, la fortaleza que le da al país, hace que se tenga que ver y discutir, bueno, y qué pasa con los fueros en tiempos de paz, como lo dice la Constitución, frente a la necesidad real y fundamento constitucional que hay de que estén presentes, de que participen, de que nos ayuden a la población civil en ésa y en muchas tareas.

Por eso, el que se reúnan los Secretarios de Seguridad Pública en una Conferencia, como ha ocurrido ya formalmente desde el año 2009, y hoy están en la décimo novena reunión, es bien importante, porque se está redefiniendo nuestras capacidades institucionales, en el ámbito civil sobre qué queremos y hacia dónde vamos y qué podemos hacer.

Porque ha costado mucho esfuerzo la construcción de un Sistema Nacional de Seguridad, que el maestro Vizcaíno conoce, y generar los modelos de la función policiaca a nivel estatal.

O los certificados únicos policiales para saber qué policía está capacitado o no; o los escalafones, o los centros donde los cuales se acopia información sobre nuevos fenómenos urbanos que implican que las entidades federativas cuenten con sistemas para acopiar, sistematizar, analizar y explotar información, que es el ciclo de la inteligencia.

Esta reunión es, ese su objetivo, el re-dignificar con una alineación institucional seria y clara cómo México se enfrenta a su nuevo perfil del Siglo XXI, en un país tan complejo como el que tenemos, mayor número de jóvenes, mayor educación, más globalizado, con centros urbanos, en metrópolis, que nos rebasa en la delimitación estatal natural, implica mejor coordinación porque es más fuerte la Federación.

Que se analicen esos temas, que se re-dignifique la función policial, que reconozcamos a quienes en el cumplimiento de un deber, en una condición adversa dan la vida por otro, es algo importante que vale la pena estar, que vale la pena proponer y que vale la pena por México participar.

Muchas gracias a todos ustedes, que haya sido de éxito esta reunión y que hayan terminado el ciclo de Reuniones Regionales como el país lo demanda y lo espera.

Playa del Carmen, Q.R.