Sin embargo, hay algo que va más allá. Algo que sí cambia la vida de las niñas, niños y adolescentes #NNA que están muy cerca, pero también de las y los que están lejos o no se conocen. Lo que cambia estas vidas, más de las que se pueden contar, es el respeto y la garantía de sus derechos.

No se trata de una dádiva sino de un reconocimiento. Si lo que se quiere es lo mejor para el desarrollo armónico y pleno de su vida, lo mejor no es un obsequio material que sólo dura un tiempo; lo que más les beneficia es que las y los adultos, todas y todos, formen parte de un gran cambio cultural en México: reconocer que niñas, niños y adolescentes son sujetos de derechos.

Este reconocimiento tiene muchas aristas, pero una de ellas es que las personas adultas piensen, reflexionen que considerarles como sujetos de derechos es, entre otras cosas, extender a todo momento, al día a día, lo que ya se hace en estas fechas.

¿No se procura qué no se enfermen y, si ocurre, no se les busca atención? Es garantizar su derecho a la protección de la salud y a la seguridad social (art. 13, fracción IX, de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes).

¿No se buscar registrarles lo más pronto posible después de nacer, para que tengan acta de nacimiento y puedan tener servicios por parte del Estado? Es impulsar su derecho a la identidad social (art. 13, fracción III).

¿No se les procura que jueguen entre sí, que tengan su tiempo libre? Ejercen su derecho al descanso y el esparcimiento (art. 13, fracción XII).

¿No se hace todo lo posible para que estudien y permanezcan en la escuela? Es su derecho a la educación (art. 13, fracción XI).

¿No se busca evitarles todo acto de violencia que pueda afectarlos en la comunidad donde viven? Aunque hay que recordar que la violencia familiar o escolar también les afecta. Así que evitarles todo tipo de acontecimientos violentos es respetar su derecho a una vida libre de violencia y a la integridad personal (art. 13, fracción VIII).

¿No en estas fechas se les pregunta su opinión de cómo quieren participar en ellas y se les da lugar preferente? Se ejerce su derecho de participación (art. 13, fracción XV).

Con honestidad, cada uno de los descritos #EsSuDerecho según mandata la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Con honestidad, hay que reconocer que las personas adultas ya los respetan en estos días. Parte del cambio cultural implica que todos estos derechos y varios más pueden y deben ejercerlos todos los días de su vida diaria. Parte de este cambio es que las personas adultas dejen atrás el adultocentrismo y les garanticen sus derechos todo el tiempo.

Si se empieza con el respeto de sus derechos en el ámbito personal, se tendrá entonces la fuerza para exigir que las autoridades federales, estatales y municipales cumplan su obligación con niñas, niños y adolescentes. Las autoridades deben garantizar el ejercicio de sus derechos en todo momento. Por eso, ni en lo particular/individual ni en lo gubernamental/colectivo se trata de un regalo, obsequio o dádiva para niñas, niños y adolescentes: #EsSuDerecho

Lo que las autoridades y las personas adultas tienen que aprender -y entender- es que garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes es la acción más relevante para el desarrollo armónico de sus vidas. De alguna manera ya se sabe qué hacer, con este enfoque hay que coordinar los esfuerzos de sociedad y gobierno, mejorarlos y articularlos.

Sí, garantizar todos sus derechos a niñas, niños y adolescentes es lo mejor y más duradero… que sólo regalar.