Muy buenos días a todas, a todos.

General de División Noé Sandoval, Subsecretario de la Defensa Nacional.

Almirante Joaquín Zetina, Subsecretario de Marina.

Les pido sean tan amables, gentiles de saludar al señor Secretario de la Defensa Nacional y al Secretario de Marina.

A jefes, oficiales y tropa de las Fuerzas Armadas.

Saludo a las y los funcionarios públicos que hoy nos acompañan, y muy especial a las y los profesores y estudiantes de las Secundarias Técnicas 25 y 44, a quienes recibimos con mucho gusto en esta ceremonia.

Muchas gracias por estar aquí.

Nuestra Bandera es un símbolo que une a las y los mexicanos. Que concilia las diferencias propias de nuestra diversidad y nos integra como Nación.

En ella, están representados siglos de trabajo, de esfuerzo y compromiso constante de quienes nos antecedieron en la Historia.

De mujeres y hombres que en su momento, hicieron su parte con lealtad y entrega, para consolidar al Estado Mexicano como uno de derechos y libertades.

Como un Estado de leyes y de igualdad ante la ley.

Defendiendo con valor y sin descanso, el espíritu de un país que hoy es orgullosamente republicano, democrático y federalista.

Y sobre todo, concretando el legado más importante que tenemos las y los mexicanos, que son nuestras instituciones.

Por eso, izar la Bandera Nacional como hoy lo hacemos, es ante todo refrendar un compromiso:

El de contribuir a que esas instituciones se fortalezcan y se consoliden, de acuerdo a las necesidades y retos de nuestros tiempos.

Para que sirvan, cada vez mejor, al propósito esencial que da sentido a su existencia de garantizar que las y los mexicanos puedan vivir con la dignidad y tranquilidad que merecen.

Y para que sin importar en qué parte del territorio nacional se encuentren, puedan gozar de las mismas oportunidades y condiciones de bienestar.

Ese, es el compromiso del Presidente Enrique Peña Nieto y de su Gobierno.

Un Gobierno que ha trabajado sin reparo, estos tres años, para lograr transformaciones de fondo que sirvan como bases sólidas del desarrollo nacional.

Que sin dejar a un lado los principios nacionales que hemos heredado, permitan romper las inercias que impidieron por décadas, terminar con los rezagos que aún afectan a millones de connacionales.

Transformaciones que ofrezcan a cada estudiante la educación de calidad que merece; y a cada docente, la oportunidad de crecer por mérito propio.

Transformaciones que fomenten la inversión, pero sobre todo, que se reflejen en más oportunidades de empleo y de desarrollo para las familias.

Y muy importante, transformaciones que consoliden a México como una sociedad de derechos.

Una en que la justicia no sea una aspiración en la letra, sino que esté al alcance de todos por igual.

En el que se respeten sin excepción las libertades fundamentales de las personas.

Y en el que todos puedan gozar de un entorno seguro, sabiendo que la ley y las instituciones están ahí para garantizar su tranquilidad.

En ello, reconozco la lealtad, voluntad y patriotismo de quienes integran las Fuerzas Armadas.

Con su labor demuestran que en México, este México es uno de leyes, y que no hay cabida para la impunidad.

Y reconozco también el esfuerzo de muchos otros, que desde las distintas dependencias de seguridad trabajan de manera anónima  todos los días para dar resultados tangibles a la sociedad.

Ése es el proyecto de Nación que estamos consolidando, en el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.

Ese es el México por el cual estamos apostando, y que queremos ver crecer, todos y todas: uno de oportunidades, de libertades y de igualdad.

Lograrlo, depende de la suma de esfuerzos de todas.

Requiere también de que los estudiantes, como los que hoy nos acompañan, se sigan preparando y haciendo su parte para convertirse en motores de cambio de sus comunidades.

Y requiere que quienes cumplimos una función pública, desempeñemos correctamente nuestra labor.

Cumpliendo cada quien la responsabilidad que nos toca, para hacer realidad el proyecto de Nación que impulsa el Presidente de la República, y que es la ruta a seguir para potenciar nuestro desarrollo.

Por eso, a las y los funcionarios aquí presentes, los exhorto a seguir trabajando todos los días para contribuir a marcar la diferencia.

A concretar cambios que se reflejen en una mejor calidad de vida para las personas y a la par, en una mayor confianza ciudadana en sus instituciones.

Porque es así, como las y los mexicanos, fortaleceremos a la par, la confianza que tenemos en nosotros mismos.

Nuestra identidad nacional es una que se ha forjado por siglos, pero que de manera permanente evoluciona y se renueva.

Al rendir homenaje a los símbolos patrios, refrendamos la convicción de seguir trabajando todas y todos por nuestro país.

Eso es lo que debe recordarnos, a todos, el ver ondear en lo alto a nuestra Bandera Nacional. Fuerte, orgullosa de su presente y viendo siempre hacia el futuro.

Su imagen y sus colores son reflejo de los principios que nos definen como Nación y que nos hacen sentir y vibrar por ser orgullosamente mexicanos.

Muchas gracias a todos.